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Tenis

Djokovic cumple el expediente y pasa a octavos en Shanghai

El serbio se deshizo de un serio Yannik Hanfmann en tres sets y se medirá al español Jaume Munar en la siguiente ronda

Djokovic, durante el aprtido

Djokovic, durante el aprtido / EFE

Cristina Moreno

Cristina Moreno

Falta de ritmo de partidos, sufriendo por las condiciones climáticas, a remolque durante gran parte del partido... Ni en las peores circunstancias posibles Novak Djokovic bajó los brazos y una vez más tiró de oficio y de tenis para superar un partido que se le había puesto cuesta arriba. Yannik Hanfmann se presentó como un digno rival y puso contra las cuerdas a todo un número 1, aunque acabó entregándose a la clase de un Nole que ya está en octavos de Shanghai (6-4, 5-7, 3-6). Su siguiente rival será un combativo Jaume Munar que eliminó al japonés Yoshihito Nishioka también en tres sets (4-6, 7-5 y 1-6).

Después de un incómodo estreno contra el veterano Marin Cilic en primera ronda, Djokovic volvía enfrentarse a la humedad de Shanghai contra un rival a priori inferior, fuera del top-100 del ranking mundial. Pero como sucedió con su debut, el partido se le atragantó al serbio en el inicio al conceder una rotura en el tercer juego que daba ventaja al germano.

Djokovic encajó el golpe de la peor manera y mientras Hanfmann elevaba su nivel, él mostraba en la pista un juego errático con muchos errores, sin conseguir hacer daño a su oponente al resto. Apenas nueve puntos concedió el germano con su saque para cerrar el primer set (6-4) sin que Nole hubiera hecho amago de reaccionar.

Hanfmann, en su partido

Hanfmann, en su partido / EFE

Hanfmann aprovechó todas las armas a su disposición y en el descanso entre sets pidió un tiempo para ir al baño y cambiarse, o lo que es lo mismo, seis minutos que tuvieron a Djokovic esperando en el banquillo y haciendo toques con la pelota y la raqueta. Un juego psicológico como el que había intentado el propio jugador serbio previamente, alargando los paseos a la toalla.

El guion del partido apenas cambió en el inicio del segundo set. Con Hanfmann ganando confianza con cada punto, Djokovic se iba hundiendo cada vez un poco más, acusando la falta de ritmo de partidos. Con este escenario, cualquier descuido iba a ser clave, aunque el alemán no daba muestras de un posible bajón y se mantenía concentrado, concediendo muy poco con su servicio.

Golpe de efecto

Nole resistía como podía, con pinceladas de su mejor tenis, pero sin aparente capacidad de pelear en serio por la victoria. Ni recurrir a las toallas de hielo sirvió para refrescar las ideas de Djokovic que veía como ese segundo parcial se iba irremediablemente al tie-break. Pero nunca hay que dar por perdido al que fuera número uno y resurgiendo de sus cenizas en el momento indicado, neutralizó a Hanfmann y firmó el break para llevarse el set y de paso un sonoro aplauso del público.

Ese era el empujón que necesitaba Novak, haciendo bueno ese dicho popular de "quien tuvo retuvo". Elevó el nivel de exigencia y las primeras dudas comenzaron a aparecer en el alemán. No tardaron en confirmarse sus peores presagios y ya en el cuarto juego el de Belgrado se hacía con un quiebre que iba a ser decisivo.

En esos momentos decisivos salió a relucir la diferencia de ranking y aunque el alemán mantuvo su nivel y su seriedad sobre la pista, poco pudo hacer ante un rival que estaba ya en moto martillo.