Djokovic, acorralado

La carrera deportiva del serbio está en el aire. Las restricciones sanitarias ponen en jaque y limitan los torneos en los que podrá competir

Tras el mazazo de Australia, Roland Garros también vetará a Djokovic, y no será el último torneo...

Djokovic, de vuelta a casa

Djokovic, de vuelta a casa / AFP

Josep González

Josep González

La pesadilla de Novak Djokovic, lejos de quedarse en las Antípodas, le persigue. La deportación y quedar fuera del Open de Australia solo ha sido el inicio de un oscuro túnel del que el tenista serbio desconoce la salida.

Aunque ha aterrizado, hoy lunes en Belgrado, recibido como un héroe por varios centenares de aficionados -que no pudieron verlo porque abandonó el aeropuerto por una puerta trasera- a gritos de “Novak, eres nuestro campeón”, su semblante era serio, con las heridas aún abiertas tras once largos días de controversia deportiva, judicial, diplomática y pública por su negativa a vacunarse contra el covid.

Apenas unas horas antes, el Gobierno francés, por boca de su ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, le daba otro revés a Djokovic al anunciar que se impondrá, tanto al público como a los profesionales implicados, un certificado de vacunación a actividades sociales y espectáculos deportivos. Era otro golpe al tenista serbio: no podrá participar en Roland Garros... si no está vacunado, una posibilidad que, conociendo a Novak, se antoja impensable en estos momentos.

Djokovic, al menos así lo sigue corroborando con sus últimas declaraciones en torno al covid, no tan solo no ha rectificado, sino que lejos de dar un paso atrás parece dispuesto a morir con su ideario sobre las vacunas, aunque ello le suponga un amargo final, a sus ya 34 años, a su carrera sobre las pistas.

temporada en el aire

Sin el Open de Australia, el US Open y Roland Garros, y pendiente todavía de si Wimbledon será condescendiente -a día de hoy le valdría una PCR negativa dos días antes de viajar a Londres-, su temporada este año se presenta como un completo enigma.

Además de tener la puerta cerrada en los tres Grand Slams, Masters 1000 como Indian Wells, Cincinnati, Miami, París... también estarían vetados para Djokovic, y otros como Canadá, Roma o Montecarlo se aventura que seguirán el mismo camino.

Así las cosas, su inmediato futuro se antoja complicado y su lucha con Rafa Nadal y Roger Federer por ser el tenista más laureado de la historia quedaría como una empresa imposible si el guion de este culebrón no da un giro inesperado. de momento, Djokovic deberá replantearse el calendario de competiciones que tenía programado para este 2022 y, si quiere mantenerse competitivo, buscar torneos menores que puedan acogerlo sin ponerle ninguna traba.

El panorama, pues, no se le presenta nada fácil para un Djokovic que, entre la espada y la pared, debe replantearse hasta dónde está dispuesto a llegar. Su escepticismo antivacunas y su carrera han entrado en colisión. Y solo él tiene en su mano qué quiere hacer con su destino. Este es, sin duda, el partido más difícil de su vida...