El Club Tennis Premià de Dalt homenajea al desaparecido Joan Aguilera

Especialista en tierra batida, elegante y con un revés cortado como mejor arma, Joan Aguilera Herrera entró en la historia del tenis nacional al convertirse en el primer tenista español en conquistar un Masters 1.000 (por entonces denominados Superserie). Fue en un duelo épico, contra un Boris Becker que llegaba como una estrella consolidada. Aguilera, tras dejar por el camino a Goran Ivanisevic, Michael Chang, Jim Courier, Magnus Gustafsson y Guy Forget se plantó en la final de Hamburgo ante el ídolo local. Era el 13 de mayor de 1990 y con un 6-1, 6-0 y 7-6 consiguió el título y abrió de paso la puerta a otros como Àlex Corretja, Rafa Nadal o Carlos Alcaraz.

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Esa final de Hamburgo contra Becker supuso para Aguilera su quinto y último título. El que había alcanzado el puesto siete del ranking mundial en una época donde eso suponía todo un hito, llegó a su cima y comenzó un camino de bajada. En 1991 se retiraba como profesional y se decantaba por ofrecer todo su conocimiento en un pequeño club de Premià de Dalt, que este viernes ofreció un sentido homenaje a su representante más ilustre, fallecido el pasado 25 de marzo tras una larga enfermedad.

En un acto con la presencia de nombres históricos como Jordi Arrese, Carlos Costa, Emilo Sánchez Vicario, Fernando Luna o Gabriel Urpí, entre otros, Alicia e Itziar, mujer e hija de Aguilera, recibieron emocionadas el reconocimiento a un tenista que dejó su legado para siempre en las instalaciones del club en el que terminó su carrera.

Con representantes del Ayuntamiento de la localidad, así como de la Federació Catalana de Tennis y la Federació Española de Tenis se procedió a inaugurar el nuevo nombre de la hasta ahora pista 1, que desde este viernes pasa a llamarse Joan Aguilera. El acto estuvo encabezado con una canción escrita por Antonio Garcia, miembro del club y amigo personal de Aguilera, con el que compartía además de la pasión por el tenis, el amor por la música.

Arrese y Jordi Burillo, por su parte, realizaron un pequeño partido de exhibición en esa nueva pista Joan Aguilera para amenizar un evento que "empezó como algo pequeño pero ha crecido con las ideas de todos", tal y como explicaron los organizadores.

El fin de fiesta tuvo lugar en la terraza del club, donde se proyectó un vídeo con imágenes de la trayectoria de Aguilera, así como de mensajes de recuerdo para el que fuera uno de los más ilustres tenistas españoles en la época de los ochenta. Entre otros, destacó el de un Becker que fue parte importante de la historia que convirtió a Joan en leyenda.

Trayectoria para el recuerdo

Con el título en Hamburgo en esa épica final contra Becker, Aguilera cerró el círculo que había arrancado en 1984 con dos títulos, en Aix-en-Provence (precisamente en una final ante otro de sus ídolos, Fernando Luna) y Hamburgo, por primera vez. Después de varios altibajos, aparcó su carrera como músico amateur, se casó y recompuso su trayectoria, para ganar en Bari (1989) y Niza (1990) y cerrar su palmarés con el torneo germano, ya convertido en categoría Superserie (actual Masters 1.000).

Su mejor actuación en un Grand Slam fueron los octavos de final que alcanzó en Roland Garros en su edición de 1984. El español fue derrotado por un Mats Wilander que posteriormente acabaría convirtiéndose en su amigo.