Espacio

Descubren cristales nunca vistos en el polvo de un meteorito

El bólido cayó en 2013 en Rusia, y es considerado el más grande después del evento de Tunguska en 1908

Imágenes de los cristales de carbono en el polvo meteorítico de Chelyabinsk.

Imágenes de los cristales de carbono en el polvo meteorítico de Chelyabinsk. / Crédito: Taskaev et al.

Pablo Javier Piacente

Los investigadores han descubierto tipos de cristales nunca antes vistos y perfectamente conservados, escondidos en pequeños granos de polvo de un meteorito. El polvo proviene de una enorme roca espacial que explotó sobre Chelyabinsk, en Rusia, hace nueve años: la fuerza del impacto fue 30 veces mayor que la bomba atómica que sacudió Hiroshima en 1945.

Un nuevo estudio publicado recientemente en The European Physical Journal Plus ha descubierto cristales absolutamente desconocidos en nuestro planeta, hallados en el polvo que ha podido conservarse del

meteorito

que cayó en cercanías de Chelyabinsk, Rusia, en 2013. Utilizando un microscopio óptico, el equipo de científicos identificó peculiaridades morfológicas únicas en los cristales de carbono presentes en el polvo.

Según

informó

la NASA, el descubrimiento fue posible porque después de la explosión una enorme columna de polvo quedó suspendida en la atmósfera durante más de cuatro días, antes de finalmente caer sobre la superficie de la Tierra. Además, una nevada previa al evento creó un límite distintivo que permitió determinar el comienzo de la capa de polvo, en tanto que otra nevada posterior conservó el polvo de meteorito que se había desprendido en ese momento.

Un evento único

De acuerdo a un

artículo

publicado en Sci-News, el superbólido que cayó el 15 de febrero de 2013 en la zona de Chelyabinsk, en los Urales del Sur, fue un fenómeno único en cuanto a su escala y provocó un inmenso interés público y científico. Fue catalogado como el meteoroide más grande del siglo XXI hasta la fecha y el bólido de mayores dimensiones después del evento de Tunguska, ocurrido en 1908.

El cuerpo tenía 18 metros de ancho y pesaba alrededor de 11.000 toneladas métricas: ingresó en la atmósfera de la Tierra a una velocidad de 66.950 kilómetros por hora. Afortunadamente, el

meteorito

explotó a unos 23,3 kilómetros de la ciudad de Chelyabinsk, en el sur de Rusia. Sin embargo, la explosión generó una fuerza 30 veces mayor que la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima, en Japón.

De acuerdo a las imágenes de video del evento, la roca espacial se quemó en un destello de luz que fue brevemente más brillante que el propio Sol, antes de crear un poderoso estampido sónico que rompió vidrios, dañó edificios e hirió a unas 1.200 personas en las afueras de la ciudad rusa, según un

artículo

publicado en Science Alert. 

Video: un meteorito que pesaba 10.000 toneladas métricas explotó a alrededor de 23 kilómetros de la ciudad de Chelyabinsk, en Rusia, el 15 de febrero de 2013. Créditos: Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA / YouTube.

Formas nunca vistas

Los investigadores explicaron que cuando un cuerpo espacial ingresa a la atmósfera de la Tierra, su superficie está expuesta a altas presiones y temperaturas. El flujo de aire arranca pequeñas gotas del meteoroide, formando una nube de polvo. Hasta el momento, se pensaba que era muy poco probable que se produjera la síntesis de nuevos materiales en estas condiciones únicas, teniendo en cuenta las altas temperaturas, la fuerte presión, la incidencia de la atmósfera gaseosa y la presencia de catalizadores. 

Por regla general, el polvo de meteoritos se disipa en la atmósfera sin dejar rastro o se mezcla con el suelo terrestre, escribieron los científicos en su estudio. Al parecer, el superbólido de Chelyabinsk fue una excepción: los cristales de carbono únicos, con un tamaño de varios micrómetros, que no se habían observado antes, se encontraron durante un estudio en profundidad del polvo meteorítico. 

Con el propósito de explicar los resultados experimentales, y luego de distintos análisis, los especialistas pudieron concluir que los cristales estaban hechos de capas de grafito, una forma de carbono que se presenta como láminas superpuestas de átomos. Los investigadores proponen que las capas de grafito se crearon por la acción de alguno de estos dos elementos: el buckminsterfullereno (C60), una bola de átomos de carbono con forma de jaula, o el polihexaciclooctadecano (C18H12), una molécula hecha de carbono e hidrógeno. 

Referencia

Exotic carbon microcrystals in meteoritic dust of the Chelyabinsk superbolide: experimental investigations and theoretical scenarios of their formation

. S. Taskaev et al. The European Physical Journal Plus (2022). DOI:

https://doi.org/10.1140/epjp/s13360-022-02768-7