Estrenos de cine

Antonio de la Torre: "Parezco un Tom Cruise de marca blanca"

El actor ganador de dos Goyas estrena 'Entre la vida y la muerte', su primera película hablada en francés, un thriller belga en el que interpreta a un personaje enigmático

Antonio de la Torre, en una imagen de 'Entre la vida y la muerte'.

Antonio de la Torre, en una imagen de 'Entre la vida y la muerte'.

Beatriz Martínez

Antonio de la Torre estaba rodando 'La línea invisible', en la que interpretaba al policía franquista Melitón Manzanas, cuando el productor Jérôme Vidal, con el que ya había trabajado en 'Abracadabra', se puso en contacto con él para decirle que el guionista de 'Los miserables', Giordano Gederlini, de origen chileno, había pensado en él para protagonizar un thriller en Bélgica. En un principio pensó: otro thriller, me van a encasillar después de 'Que Dios nos perdone', 'Tarde para la ira' o 'El reino', pero en esta ocasión se le presentaban algunos retos que le ‘ponían’, entre ellos rodar en Bruselas con actores internacionales (como Marine Vacth u Olivier Gourmet) y, sobre todo, hablar en francés cuando no tenía ni idea. “Si hay algo que me parece un reto de verdad, me lanzo a por él”, cuenta el actor mientras lo entrevistamos por teléfono. 

Nuestra llamada es a las 9:30 y antes de atendernos le ha dado tiempo a retuitear una noticia sobre los niveles de pobreza que afectan a las mujeres en Andalucía. Hacía tiempo que no utilizaba la red social, pero reconoce que en los últimos tiempos la conciencia política y periodística (estudió la carrera) ha revivido en él, sobre todo desde que ha apoyado a Yolanda Díaz y su plataforma política Sumar. “En un periódico digital han sacado una foto mía como si fuera un concursante de Supervivientes Vip venido a menos”, ríe el actor. “Desde que me entrevistó Àngels Barceló en su programa he recibido mi buena ración de odio, pero lo único positivo es que ya no me afecta que se metan conmigo”. 

'Entre la vida y la muerte' se rodó en el verano de la pandemia y fue una experiencia emocionalmente muy potente. “En ese momento no sabíamos qué iba a pasar, qué pasaría con el mundo, con el cine, y de pronto volver a trabajar en un proyecto en el que estaba fuera de mi zona de confort me puso mucho las pilas”, continúa. 

El intérprete ganador de dos premios Goya (por 'Azuloscurocasinegro' y 'El reino'), bromea sobre las escenas de acción que aparecen en la película. “Parezco un Tom Cruise de marca blanca”, ríe. Pero lo cierto es que se desenvuelve de maravilla y tiene varias set-pièces con coreografías muy elaboradas en las que no utilizó dobles. “Se sorprendieron ante mi disposición para rodar escenas de peleas, pero la verdad es que me moló mucho hacerlas. Hay algún truco por ahí, pero para no ser un vindiesel de turno creo que no está nada mal”. 

Contra la Ley Audiovisual

El actor tiene pendiente de estreno lo nuevo de Cesc Gay, ‘Historias para no contar’ y otra película internacional, 'La contadora de historias', dirigida por Lone Scherfig con guion de Walter Salles y junto a Bérénice Bejo y Daniel Brülh, que transcurre en Chile. “Benditas coproducciones, la verdad, que te dan la oportunidad de hacer este tipo de cosas. El riesgo siempre es mayor, pero merece la pena correrlo”. 

Siempre concienciado y reivindicativo, Antonio de la Torre está muy enfadado con la Ley del Audiovisual. “Creo que el cine independiente es crucial para crear un tejido industrial en nuestro país, no solo las series para plataformas internacionales. Es una cuestión de cultura, y es muy pesado a estas alturas explicar lo importante que es preservarla porque si no, te diluyes en el mundo". 

Además de postear las noticias de la mañana, también ha escuchado el discurso de Salvador Allende. ¿Es el tipo de cosas que hace al levantarse Antonio de la Torre? “También llevo los niños al colegio (ríe). No, en realidad, lo he recuperado por el tema de la preservación de la cultura, de la memoria histórica. Y en este caso viene a cuento con lo que hablamos, porque como sigamos con esta dinámica de las plataformas vamos a consumir más productos que arte, que cultura, y para mí eso es horrible”.