Analizamos el portátil Acer Predator Helios 300

Probamos uno de los portátiles de la gama "gaming" de Acer y estas son nuestras impresiones

Analizamos el portátil Acer Predator Helios 300

Analizamos el portátil Acer Predator Helios 300 / sport.es

Óscar Sánchez

Acer, al igual que su competencia, lleva tiempo lanzando al mercado portátiles “gamer” con una buena relación calidad/precio. Son portátiles que suelen venir bien equipados, con buenos procesadores y buenas tarjetas gráficas pero que suelen pecar en cuestiones como la duración de la batería, los materiales, la calidad de la pantalla, la refrigeración o la portabilidad.

En este caso, con el equipo Helios 300 que nos ha facilitado Acer para nuestro análisis nos encontramos con un equipo de 15,6 pulgadas equipado con un i7-7700HQ32 GB de memoria RAM DDR4, un SSD PCIe de 512 GB junto a un HDD de 1 TB y una NVIDIA GeForce GTX 1060; es decir, prácticamente el modelo tope de gama. Su monitor IPS también es destacable, con una resolución de 1080p y una tasa de refresco de 60Hz. Cabe mencionar que el Helios 300 es altamente ampliable, pues podemos ampliar la memoria RAM, cambiar sus discos duros, o añadir tarjetas M.2 adicionales.

Aspecto físico y tamaño

El Predator 300 está construido en plástico y aluminio, pero aún así se siente muy sólido. Las únicas partes de aluminio son el exterior de la tapa superior y la zona que rodea el teclado y el touchpad. Una vez abierto, descubrimos el imponente logo de Predator en la parte central rodeado de dos líneas rojas que aportan carácter al diseño del equipo; no es discreto, si decidimos abrirlo en un entorno público, la gente se fijará en nosotros. Cabe decir que esta “trasera” nos recuerda a algunos modelos de AlienwareRepublic of Gamers Msi.

El ordenador tiene un peso de unos 2.5 kilos, es decir que no es el más pesado de su gama, para el tamaño que tiene es ligero. Tiene un grosor de unos 3.8 centímetros, 26,5 centímetros de ancho y 39,1 centímetros de longitud, es decir que no nos será imposible transportarlo en cualquier mochila.

Cabe mencionar que la fuente de alimentación incorporada es algo grande y pesada, pero hay modelos de su competencia que han trabajado menos este aspecto. Notaremos que llevamos algo más que el propio portátil, pero no será un impedimento transportarlo junto a su fuente de alimentación externa.

Monitor

Me considero una persona exigente a la hora de evaluar la calidad de un monitor, y no tenía muchas esperanzas puestas en la que podría montar este modelo, pero tras jugar unas horas acabaron pesando más los puntos positivos que los negativos.

Como puntos positivos podríamos destacar su resolución de 1080p que en 15,6 pulgadas hace que se vea todo bastante nítido y dependamos menos del anti-aliashing en los juegos, y los colores, que gracias a tratarse de un panel IPS son bastante buenos aunque quizá algo saturados para algunas personas.

Como puntos negativos podríamos destacar su falta de brillo, a veces nos ha sido imposible jugar cómodamente en entornos muy iluminados, aún así, es perfectamente usable en la mayoría de entornos. No es ni de lejos el mejor monitor que podemos encontrar en un portátil gamer, pero cumple y salvo en brillo, se encuentra en la media con los portátiles de este rango de su competencia.

Sonido

Entramos quizá en el peor aspecto de este ordenador. Los altavoces integrados son pequeños, demasiado pequeños y se ubican debajo del equipo, por lo que los graves son simplemente inexistentes, aunque la marca consigue disimular bastante bien esta carencia con su software de audio “TrueHarmony”.

Todo y ser altavoces muy pequeños, tienen bastante potencia y no llegan a alcanzar la distorsión, pudiendo ser capaces de reproducir música para un grupo de 10 o 15 personas como ya realizamos sin problemas en nuestras oficinas.

Si sois personas que habitualmente jugáis con auriculares no tendréis ningún problema, pues la tarjeta de sonido integrada es bastante decente si usamos el jack de 3.5 mm incluido con el equipo; evidentemente si utilizáis unos auriculares con USB este aspecto no os afecta en absoluto.

Conexiones

Como cualquier otro portátil gamer, el Predator 300 está equipado con bastantes puertos. En el lado izquierdo encontramos un puerto Gigabit Ethernet, un puerto USB tipo C, una salida HDMI, un puerto USB 3.0 y una ranura para tarjetas SD. En el lado derecho encontramos el puerto propietario de carga, el jack de 3.5 mm para auriculares y micrófono y dos USB 2.0. Creemos que los puertos están bien ubicados, no llegando a molestar en ningún caso al conectar muchos dispositivos a la vez.

En cuanto a las conexiones inalámbricas, éste cuenta con Wi-Fi 802.11ac pero no cuenta con Bluetooth, pudiendo instalárselo a través de una tarjeta interna M.2.

Duración de la batería

En este apartado os somos totalmente sinceros y confesamos que no esperábamos nada interesante, pero nos hemos tenido que comer nuestras palabras al comprobar que, sin hacer uso de aplicaciones demasiado exigentes, con su panel IPS a mitad de brillo y con la retroiluminación del teclado desactivada hemos conseguido alcanzar las 7 horas y media, y no hemos sido especialmente eficientes: en ningún caso hemos utilizado el modo ahorro de energía de Windows 10, y hemos hecho un uso intensivo de Chrome, aplicaciones de ofimática y con muchas aplicaciones corriendo en segundo plano como los clientes de SteamOrigin entre otros.

En cuanto pasamos a ejecutar algún juego, la autonomía se reduce hasta aproximadamente las 2 horas, reduciéndose este tiempo o ampliándose dependiendo de la exigencia del juego en si.

Sin duda, si buscas un portátil con buena batería, el Predator 300 es una muy buena opción.

Calidad del teclado y touchpad

Nos encontramos con un teclado completo de membrana con teclas numéricas dedicadas y retroiluminación en color rojo, y jugando se nota que estamos ante un teclado de portátil: el recorrido de las teclas es corto y hay que aplicar muy poca fuerza para accionarlas. Si hay una cosa que podemos criticar del teclado es la posición de determinadas teclas, pues por ejemplo el teclado numérico dedicado está demasiado cerca de las teclas de dirección.

El touchpad es bastante generoso en cuanto a su tamaño y responde adecuadamente a los comandos de Windows 10, pero no creemos que ningún jugador lo utilice para jugar, así que es un componente que cumple sin más.

Rendimiento

Como hemos comentado más arriba, la unidad que nos ha facilitado Acer monta un i7-7700HQ32 GB de memoria RAM DDR4 y un SSD PCIe de 512 GB, por lo que es un equipo muy capaz en cuanto a la multitarea; podemos tener abiertas muchas, muchas pestañas de Chrome, algún editor de vídeo, algún videojuego y aún nos sobrarían recursos.

Con el i7-7700HQ y la GTX 1060 nos asegura un buen rendimiento en cualquier juego moderno. Nosotros hemos hecho pruebas con FortnitePUBG y todos los juegos habituales en los “eSports” y no nos ha sido difícil mantener los 60 fps estables, aunque es cierto que en algunos títulos es necesario disminuir el Anti-Aliashing o la distancia de dibujado para evitar caídas de FPS.

En cuanto a temperaturas, la carcasa inferior tras horas de juego y un día caluroso llegó a alcanzar los 60 grados, aunque si elevamos un poco el equipo para que no esté tan cerca de la mesa la temperatura disminuye de manera notable. Creemos que el sistema de refrigeración no es suficiente para este equipo, pues hemos sufrido disminuciones de rendimiento en algunas ocasiones, lo que se conoce como “Thermal Throttling”, aún estando el ventilador, algo ruidoso pero sin llegar a ser molesto, al máximo de RPM.

Conclusión

El Acer Predator Helios 300 es, sin duda, una apuesta muy interesante y uno de los equipos gamer con mejor relación calidad/precio, pero hay aspectos en los que debe mejorar, como es el poco brillo de su panel IPS, el calentamiento, la calidad de los altavoces o la disposición del teclado. Sin duda su mayor ventaja es lo fácil que es realizar upgrades de su hardware: quitar la tapa inferior y añadir lo que nosotros queramos.

Lo mejor de este portátil, sin duda, es su batería.