Rubiales relanza una vibrante Supercopa

Luis Rubiales, presidente de la RFEF

Luis Rubiales, presidente de la RFEF / EFE

Jordi Gil

Jordi Gil

La Supercopa de España ha enganchado a todos los aficionados al fútbol como nunca había pasado antes con esta competición. Luis Rubiales, presidente de la Federación, decidió cambiar el formato desde hace dos temporadas y el acierto ha sido total. Superada la polémica del estreno en Arabia Saudí -cuyos dividendos, por cierto, han sido muy importantes para mantener el fútbol modesto español a flote en plena pandemia-, la segunda edición con semifinales y finales en una misma semana ha dotado al torneo de una gran emoción e interés. Los barcelonistas vibraron con una tanda de penaltis que habían olvidado, los donostiarras mostraron su emoción con las lágrimas de su capitán Oyarzabal, los ‘leones’ sacaron de nuevo pecho con su triunfo ante el Madrid y los blancos vuelven a ver cómo Zidane es cuestionado por la pronta eliminación.

CAMBIO EVIDENTE

Estas sensaciones no tienen nada que ver con las que desprendía la Supercopa cuando se disputaba en verano con partido de ida y vuelta. El mejor ejemplo se encuentra en la última final entre Barça y Athletic del 2015. En aquella ocasión, el conjunto de Luis Enrique jugó la ida en San Mamés nada más volver de Georgia, donde había ganado una disputadísima Supercopa de Europa ante el Sevilla con un gol de Pedro en la prórroga. ‘Lucho’ tuvo que hacer hasta seis cambios para refrescar al equipo y pilares como Piqué, Busquets o Iniesta no fueron de la partida en San Mamés. Este partido desprendía muy poco aroma de final y el Athletic lo aprovechó para golear por 4-0 y encarrilar el título. Ahora, en cambio, los equipos ponen toda la carne en el asador para ganar como sea el trofeo.