Adrián: del paro a la gloria

La vida de un portero no acostumbra a ser un camino de rosas. Siempre con el foco puesto entre esos tres palos que separan al encargado de defendedlos de la gloria o la crítica más cruel. Un día puede ser el hombre más querido del club y el otro salir por la puerta de atrás por una mala temporada. Qué se lo pregunten a un tal Casillas que tuvo que abandonar el Madrid entre pitos de los aficionados. O a Karius. Pobre Loris. Lo tenía todo en el Liverpool y esa fatídica final de Champions League lo condenó al pozo. Es la vida del portero.

No todo son penas bajo palos. Hay historias que devuelven la fe futbolística entre aquellos que ya la habían perdido. El último caso, el de Adrián San Miguel. El portero se desvinculó del West Ham donde jugó las últimas seis temporadas con más luces que sombras. Pero un portero cuando es relegado al banquillo pocas opciones tiene de minutos así que tras no jugar un solo minuto en toda la edición de la última Premier League, Adrián decidió no renovar con los ‘hammers’. Se quedó sin equipo.

Como agente libre, el portero inició  su puesta a punto mientras negociaba su fichaje. Llegó a ejercitarse en las filas del la UD Pilas sevillana de la Primera Andaluza. Bajó al barro para impulsar de nuevo su carrera.

Lo tuvo hecho con el Valladolid con el que esperaba volver a jugar en Primera División donde ya lo hizo con el Betis. Pero de repente el Liverpool trastocó todos los planes. San Miguel marchaba de nuevo rumbo a la Premier League consciente de su rol. Suplente de uno de los mejores porteros del mundo: el brasileño Alisson Becker.

Una lesión que lo cambia todo

Eso era sobre el papel. Alisson se lesionó en la primera jornada de la Premier League y obligó a Adrián a debutar ya en su primer partido en Anfield. El incidente y la confirmación de Klopp de que el brasileño estaría fuera varias semanas le ponen de titular en Estambul contra el Chelsea en la final de la Supercopa de Europa. Adrián nunca había ganado un título y era la oportunidad perfecta.

Tras el empate a dos en los 120 minutos de partido llegó la tanda de penaltis que lo encumbró.Un pie salvador en la quinta pena máxima ‘blue’ acabó por dar el triunfo al Liverpool. El primer trofeo de su carrera. Por ello no era extraño verle disfrutar como un niño en la celebración tras el partido.

Adrián tocó el cielo tras salir del infierno. Una historia de superación y humildad que a veces nos regala ese precioso deporte que se llama fútbol.