Investigación

Buscan el resto de un cuerpo tras hallar un cráneo en una acequia de Valencia

La Guardia Civil esperará a la bajada del nivel del agua para iniciar el rastreo del cadáver

El cráneo estaba atrapado entre la maleza de una de las acequias de riego de La Torre.

El cráneo estaba atrapado entre la maleza de una de las acequias de riego de La Torre. / Ignacio Cabanes

Teresa Domínguez

La

Guardia Civil investiga el hallazgo de un cráneo humano ayer en una acequia de la Torre (Valencia), encontrado por dos operarios que limpiaban la ribera de los canales de riego, llenos de maleza tras las últimas lluvias. De momento, solo ha sido encontrado el cráneo, que incluso carece de mandíbula, por lo que los agentes tratarán de intentar recuperar el resto del cuerpo, o el máximo número de huesos, a partir de un dispositivo de rastreo que se pondrá en marcha en los próximos días.

El hallazgo se produjo sobre las doce del mediodía de este sábado, cuando dos operarios que desbrozaban los márgenes de la acequia que discurre paralela a la V-30 y sus canales se toparon con el cráneo humano. Los trabajadores suspendieron la operación de limpieza y alertaron a Emergencias a través del 112, lo que puso en marcha el envío de guardias civiles y la forense de guardia.

De momento, se desconoce a quien pertenece el resto óseo, del que los forenses tratarán de extraer ADN 

para obtener su perfil genético y compararlo con los que hay registrados en la base de datos de personas desaparecidas y restos humanos (PDyRH) que comparten la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Nada más constatar que se trataba de un cráneo humano –de momento, no ha sido determinado si se trata de un hombre o de una mujer, ni la fecha siquiera aproximada de la muerte–, los agentes pidieron a los responsables de la acequia el cierre de las compuertas para evitar más entrada de agua, y a partir del lunes, una vez baje el nivel hídrico de los canales, se iniciarán las labores de rastreo, que se prevén muy complejas. En principio, no hay garantía alguna de que el resto del cadáver se encuentre en ese lugar, y lo más probable que se haya producido un arrastre por los distintos canales, teniendo en cuenta que ni siquiera está claro cuál es el punto del entramado de riego en el que se produjo la caída voluntaria o accidental del cuerpo.

Lo que sí parece claro, al menos con el examen in situ del cráneo, es que no hay señales visibles de violencia, por lo que tampoco se puede establecer solo con ese resto humano cómo se produjo el fallecimiento.