Yoga de diseño

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El 'más y más' ha dejado paso al freno, a la reflexión y a valorar el ‘aquí y ahora”. Quien lo dice es Juan Avellaneda, el diseñador barcelonés que ha traspasado fronteras con sus colecciones, que ha roto moldes en un programa culinario de la televisión estatal y para el que el yoga es uno de sus fundamentos de base. “Desde que estalló la pandemia -explica- recuperé la práctica diaria. Entre viajes y trabajo, lo cierto es que tomaba y dejaba el yoga. Ahora se ha convertido en una parte de mí.

Es mi refugio, mi reeducación postural y la forma que tengo de alejar pensamientos negativos. No siempre lo consigo pero siento equilibrio y tranquilidad tras la sesión”. No se considera hiperactivo pero sí “un creativo en constante movimiento físico, intelectual y, sobre todo, visual. Es por ello que el yoga supone mi momento de autorreflexión”. Esta disciplina llego a la vida de Avellaneda cuando “viví tres meses en la India. Allí tenía una profesora única, muy especial. Ella, el entorno, los olores... todo influyó para que interiorizara el yoga para siempre”.

Le ha ayudado en el pasado, en el presente “y lo hará en el futuro. La crisis que estamos sufriendo ha cambiado muchos códigos y uno de ellos es el de vivir más el momento. En mi caso, paramos la producción y nos pusimos a confeccionar batas y mascarillas. La moda debe aprender de todo ésto. Sobresaturábamos al consumidor con tantas colecciones. Hay que adaptarse, frenar un poco y ser prudentes”. Recoge la esterilla y respira hondo. “Salgamos llorados de casa y aprendamos a leer lo positivo de esta situación. Ese es el mejor ejercicio que podemos hacer”