Yoga en el desierto

Referente internacional de esta disciplina, Verónica Blume participó en la Desert Women Summit donde impartió una sesión en medio de las dunas del Erg Chebbi

Una experiencia compartida con 130 mujeres a las que el yoga y el deporte les ha cambiado la vida

Verónica Blume, en plena sesión

Verónica Blume, en plena sesión / Aran Martínez

Carme Barceló

Carme Barceló

“El entorno amplia mucho la experiencia y realizar una práctica de yoga en el desierto, sin música ni ruido alguno justo a la salida del sol, me parece algo único y maravilloso. Y si lo compartes con ciento treinta mujeres de todas las edades, personalidades y procedencia, aún más”.

Verónica Blume, aunque todavía en alguna ocasión se sube a la pasarela, hace tiempo que bajó de ella para subirse a la del yoga. Sabe transmitir y comunicar como pocas y por este motivo fue una de las ponentes de la Desert Women Summit, un viaje plagado de aventuras y experiencias en el desierto de Marruecos.

“Fuera de lo cómodo y conocido, una sesión así crea unidad, sensación de curiosidad y amplia la sensibilidad. El yoga cada vez tiene menos que ver con lo físico y en este viaje pretendí plantar una semilla en la forma de relacionarnos y ofrecer una serie de opciones o posturas que nos abrieran a la escucha en un grupo tan grande”.

Verónica aportó sus conocimientos de esta disciplina pero también se sumó a las sesiones de Pilat Walk (Pilates + Marcha Nórdica) a cargo de Eva Espuelas, a la meditación en la gran duna con Cándida Vivalda y a la larga caminata con niñas de la escuela local para sumar kilómetros para la Carrera de la Mujer.

“Me gusta combinar yoga con otras actividades más físicas porque pienso que con todas ellas llegamos a un lugar muy parecido: conseguir la paz mental y mover un cuerpo que necesita liberar una serie de sustancias químicas. A muchas, el running les proporciona calma, equilibrio y las libera del estrés. Las mujeres somos seres intensos y cambiantes. Necesitamos encontrar un lugar de estabilidad y conexión”.

Tras la Desert Women Summit -“una de las experiencias que más recomiendo”-, Blume tiene previsto volver a organizar “retiros, algo que la pandemia paralizó. Tengo varios estos próximos meses y el 21 de junio, día internacional del yoga, daré una clase en Formentera que promete ser maravillosa. También doy charlas que me sirven para crecer mientras doy una herramienta a otros. Y eso, para la modelo calladita, es un ‘puntazo’”.

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