Sol solet: La doble cara del astro rey

Cada vez somos más conscientes de lo perjudicial que resulta el Sol si no utilizamos la protección adecuada

Sport&Style Sol solet

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Carme Barceló

Carme Barceló

La pandemia ha hecho crecer en nosotros el ansia de estar al aire libre, de respirar más allá de las paredes de nuestra casa y que el sol nos toque la piel. Cada vez somos más conscientes de lo perjudicial que resulta el astro rey si no utilizamos la protección adecuada. Si lo hacemos, disfrutaremos de unos beneficios que, como apunta la Dra. Aurora Garre (Medical Marketing Manager en Isdin), “una dosis moderada diaria de luz solar resulta beneficiosa para combatir algunas enfermedades crónicas. De hecho, entre los beneficios del sol podemos destacar principalmente la síntesis de la vitamina D, que combinada con el calcio ayuda a fortalecer los huesos y a ralentizar su deterioro. Paralelamente, también nos ayuda a equilibrar o bajar el colesterol y a mejorar en la respuesta muscular. Además, el sol es fuente de vida y de salud, ya que nos proporciona un bienestar emocional que resulta fundamental para nuestro día a día, estimulando la producción de serotonina y endorfinas”.

La doctora, sin embargo, insiste en la importancia de la protección solar. “En primer lugar -explica- es importante introducir pequeños cambios de hábitos en la rutina con el objetivo de prevenir el desarrollo de enfermedades relacionadas con la piel. Las necesidades de protección pueden variar dependiendo de la persona, el lugar donde vive, sus hábitos alimentarios y estilo de vida, etc. Sin embargo, se debe partir de una recomendación universal: el uso de un fotoprotector con un factor de protección solar igual o superior a 30 y en pieles muy claras y sensibles, de 50 o 50+”.

Debemos tener en cuenta que: 

●     En las horas punta del sol, de 12h a 16h aproximadamente, y sobre todo en los meses calurosos, no debemos exponernos de forma directa. Y si tenemos que hacerlo, ya sea porque se practica deporte o cualquier actividad al aire libre, será primordial aplicarse protector solar 30 min antes de la exposición y cada 2 horas.

●     A la hora de tomar el sol en verano, el cuidado de la piel debe formar parte de nuestro día a día. Por ello, es recomendable invertir en productos que sean respetuosos con la piel.

●     La ropa y los accesorios también pueden usarse como una capa más de protección. Por ejemplo, pantalones cortos y camiseta. Existen prendas en cuya etiqueta podemos encontrar las siglas FPU, que nos indican que esa tela tiene capacidad para protegernos de la radiación solar UVA y UVB. Por otro lado, los sombreros y gorros, preferentemente de ala ancha, proporcionan protección al cuero cabelludo, la zona de los ojos, la nariz, las orejas y la nuca. Otro imprescindible son las gafas de sol, que nos protegen del UVA y reducen el daño ocular.

●    Es importante estar siempre hidratado y seguir las recomendaciones médicas que indican que deberíamos beber unos 2-2,5 litros de agua diaria. 

●     Dos piezas clave en este puzle también son las cremas hidratantes post solar y el empleo de antioxidantes tópicos y orales mediante una dieta rica y variada en frutas y verduras de temporada o en su defecto suplementos alimenticios antioxidantes.

●     Comer vegetales y frutas es fundamental para reforzar nuestras defensas antioxidantes y nuestro sistema inmunológico y fortalecer la piel ante agentes externos, como son los rayos del sol.

●     Minimizar el consumo de tabaco y alcohol evitará el daño que se produce al colágeno y a la elastina del cuerpo, dos elementos clave en el envejecimiento.

●     Un factor muy importante son las revisiones dermatológicas anuales e incluso, en casos de mucha exposición, semestrales, para poder percibir a tiempo cualquier anomalía.

En cuanto a la prevención del cáncer de piel, uno de los aspectos fundamentales es el relacionado con la exploración dermatológica, ya sea para prevenir situaciones graves de esta enfermedad o diagnósticos tardíos. La Dra. Garre recomienda pasar por la consulta “una vez al año, y acudir al médico siempre que nos surja una duda sobre el estado de un lunar, una mancha o una peca en la piel”.

Otro factor fundamental a tener en cuenta es que la piel tiene memoria y hemos acumulado muchas horas de sol en nuestra vida debido a la moda de estar intensamente morenos y cuanto antes mejor. En este sentido, el daño solar se acumula en las células de la piel, quemadura tras quemadura. Nuestro cuerpo realiza las funciones pertinentes para regenerar las células dañadas y evitar que se acumulen, pudiéndose transformar en células malignas y dar lugar a un cáncer de piel. Sin embargo, algunas veces nuestro organismo no consigue regenerar todas las células dañadas, por lo que la piel se regenera, pero el daño celular ya es permanente.

Pero además hay otros factores que no podemos controlar como la presencia abundante de lunares, piel blanca, con pecas, ojos claros y cabello rubio o pelirrojo, antecedentes familiares de melanoma u otros cánceres de piel, sistema inmunitario debilitado, edad (a mayor edad, mayor riesgo).

Por ello, se debe tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de tomar el sol:

●     Evitar las horas centrales del día, de 12.00 a 16.00 horas.

●     Protegerse con ropa, sombreros, gafas y protectores solares de FPS alto.

●     Utilizar SPF muy altos.

●     Utilizar una cantidad generosa de fotoprotector por todo el cuerpo, con la piel seca, 15-30 minutos antes de la exposición solar, y repetir cada 2 horas.

●     No deben mantenerse los protectores solares de un año a otro.

●     La exposición solar en la temporada veraniega debería hacerse de forma progresiva.

●     Realizar revisiones dermatológicas periódicas.

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