Queralt Castellet: Hablando en plata

Valiente, superviviente y todo un todo un referente. La ‘rider’ catalana, medalla de plata en los JJ.OO de invierno, visibiliza todo lo que pueda relacionarse con el sacrificio, la superación y la lucha por la igualdad

“En este deporte es imposible conciliar”, asegura

Queralt Castellet: Hablando en plata

Queralt Castellet: Hablando en plata / David Ramírez

Carme Barceló

Carme Barceló

Van a perdonarme ustedes el momento umbilical pero mi vinculación con Queralt tiene una historia que me apetece explicar. Ella fue mi último contacto humano previo al estado de alarma, más allá de mi burbuja familiar, el 13 de marzo de 2020. Fue mi primer reportaje en pleno confinamiento cuando este suplemento pasó de cuatro a dos páginas.

Casi dos años después, vi su medalla olímpica en directo a las tantas de la madrugada gracias a mi trabajo en ‘El Chiringuito de Jugones’ (es lo que tiene acabar el programa a las 3 am completamente desvelada y sabiendo que ella estaba a punto de competir). Nos reencontramos físicamente el día que estalla una guerra con una medalla de plata colgando del cuello y mucho sufrido. Imposible no emocionarme al verla y sentir que esta deportista nómada, valiente y superviviente es un todo un referente. Queralt Castellet representa y visibiliza todo lo que pueda relacionarse con la lucha por la igualdad.

Detrás de este triunfo olímpico hay mucha historia. Mucha. Porque aunque ella diga que no, hay que renunciar a casi todo. “Es mi elección el estar siempre por ahí y llevar una vida nómada -explica-. Lo asumes desde el principio. Era necesario y lo he normalizado, pero es cierto que me ha afectado no estar cerca de mi gente, no vivir en mi país y lo que comporta esto: no visibilizar tu deporte, tus esfuerzos ni tus éxitos”. La snowboarder, a sus 32 años, subió a un podio en una disciplina que “no entiende de edades porque cada rango tiene su característica. Las más jóvenes llegan sin miedo, con la energía a tope pero con menos experiencia y menos lesiones. Las más veteranas sumamos técnica, que es lo que hace que la carrera sea más larga. Horas y años en la nieve, tocando todo tipo de terrenos, curte mucho”.

UNA VIDA, UNA RENUNCIA

Pero el de la igualdad todavía no está a la altura. Ni a nivel de visibilidad, ni de patrocinios ni de comprensión. “Es imposible conciliar si tienes hijos -reconoce Queralt, obligada a vivir hoy aquí y mañana allá- y también tienes que elegir entre quedarte embarazada o seguir compitiendo. Es una decisión que debes tomar si quieres dedicarte al snowboard. Tengo amigas que, tras ser madres, han seguido compitiendo pero ya no es lo mismo”. Por no hablar de la menstruación, que “en mi caso, me deja KO. Justo estos meses me ha coincidido siempre en competición y ha sido duro porque hay días que no puedo ni moverme. No estás al cien por cien, las piernas no funcionan de la misma manera y lo has de superar y buscar alternativas. Estas dificultades no se valoran”.

Pisa fuerte con sus botas plateadas que compró porque “mi fisioterapeuta las vio y me dijo: ‘Esas llevan tu nombre y nos las llevaremos a los Juegos’. Me las compré, grabé las iniciales y al final ella no pudo venir por un problema personal. Tampoco estuvo conmigo Dani, mi entrenador, porque en el segundo test protocolario dio positivo. Fui sola. Más obstáculos. Un shock, sí. Pero me instalé el chip de ‘lo que venga, lo enfrentaré’. Y ese ‘mantra’ de llevar el día a día más abierta, más sociable e ir a ver otras cosas que me aportaran buen rollo en esta experiencia olímpica me fue genial. Para no amargarme y para competir con un estado de ánimo positivo”. Mujeres que necesitáis referentes, seguid su estela.

Consulta la versión completa del Sport & Style aquí.