Ana Peleteiro: "Un problema se puede convertir en un trampolín"

Ana Peleteiro es una de las promesas hechas realidad del atletismo español

Ana Peleteiro es una de las promesas hechas realidad del atletismo español / EFE

Carme Barceló

Carme Barceló

¿Dónde tengo la medalla? Pues mira, en la vitrina donde está la vajilla de boda de mis padres. Me dijeron que me harían una estantería y aún estoy esperando. Allí está la pobre, con la sopera”. Es imposible no quedarte a cuadros, por utilizar una de sus muchas expresiones, cuando hablas con ella y compartes toda una mañana en Madrid. 

Ana Peleteiro es única, diferente, intensa, auténtica y muy segura de sí misma. Mientras el oro del Europeo comparte espacio con los platos y la cristalería, ella vive en Guadalajara con su chico, el también atleta Nelson  Évora -“tenía posters suyos en mi habitación”-, su entrenador y su particular forma de ver la vida. Mucho se ha hablado de su pasado, por el que le pregunto más que nada para escuchar la historia de sus propios labios. “Harta no estoy del tema, así que tranquila -dice-. Al final, un problema se puede convertir en un trampolín. Con 18 años y en la capital, pues haces lo típico: sales, entras... Sufrí lesiones. Recibí un chaparrón de críticas. Vida social y deporte de élite son incompatibles. Fue un pozo del que me costó salir pero lo conseguí. Ahora me va genial tener y seguir una rutina. Todos podemos tener una mala época y me gusta pensar que mi ejemplo puede servirle a alguien”.

LA DIVERSIDAD QUE ENRIQUECE

Encandila con su acento gallego que “no quiero perder por nada del mundo. Hablar con mi chico en portugués me quita el mono de no estar en Galicia”. De las palabras a la piel. A Ana le gusta reivindicar su color. “España no es solo de blancos -asegura contundente-. La diversidad enriquece a un país. Mi padre biológico es africano, mi madre es española y yo nací en A Coruña. Conseguir una medalla de oro teniendo la piel negra es todo un adelanto”. 

Otra ciudad planea por el aire: Tokio 2020. Peleteiro tiene claro que “es mi objetivo pero no lo pienso. Voy paso a paso pero me machaco las piernas y la espalda para ser campeona olímpica. El deporte de alto nivel es muy duro. Cuando acabe estaré hecha una mierda pero seré la mujer más feliz del mundo por haber hecho lo que me gusta”.

FUTBOLERA Y DEL CELTA

Soy del Celta por mi padre, por mi abuelo y lo serán mis hijos y mis nietos”. Después, ya viene el Barça, su segundo equipo, pero está lejos de los colores que corren por su venas. Ve a los suyos siempre que puede y también partidos de fútbol femenino. Peleteiro espera que “los éxitos del Atleti y esa final de Champions del Barca suponga visibilidad y reconocimiento, que hasta hace poco ni caso les hacían, ni a ellas ni al deporte femenino en general”.

Salimos del salón Tacha Beauty, donde Ana ha disfrutado entre brochas y maquillajes, y se cruza con Penélope Cruz. Qué quieren que les diga: para mí fue una señal. Esta chica tiene estrella.