"Pongo a Iniesta como ejemplo para mi hijo"

La actriz y presentadora de televisión Cayetana Guillén Cuervo es una reconocida barcelonista

Cayetana Guillén Cuervo es natural y auténtica

Cayetana Guillén Cuervo es natural y auténtica / Cristina González

Carme Barceló

Carme Barceló

Natural. Auténtica. Un personaje que hace la vida muy fácil al entrevistador. ¿Hay que sentarse bajo un árbol? Ella limpia el suelo. ¿Hay que descalzarse? Dale. ¿Hay que correr porque no llega al AVE? Ella resume y resuelve. Cayetana Guillén Cuervo da la sensación de conservar la energía positiva que acumula en sus estancias en Ibiza y dosificarla para que le llegue hasta el viaje siguiente. 

Ideas claras, principios inamovibles y muchas ganas de seguir abriendo los ojos y los caminos. “He hecho de todo y más que voy a hacer -afirma-. No tengo prejuicios con nada. No estoy nada contenida. He sido educada en la libertad y aunque soy un poco gamberra en el sentido lúdico y hedonista , soy muy responsable. Lo único que me condiciona es mi vida familiar porque he elegido estar ahí, viviendo a mi hijo todos los días”.

MUY CULÉ

Con este preadolescente de 13 años comparte su pasión por el deporte en general y el fútbol en particular. “El niño es del Athlètic y yo, culé y atlética. Puede sonar raro, pero creo que ambos sentimientos pueden convivir. Y además, quiero mucho a Enrique Cerezo”, asegura. Cayetana G. Cuervo se hizo del Barça “por Guardiola y ese equipo irrepetible. La calidad de sus jugadores iba más allá del campo. Para mí, Iniesta es único. Es el ejemplo que le pongo a mi hijo todos los días. Me parece un personaje público de referencia. Le amo. Me encantaría sentarle en la mesa de 'Cena con mamá”. 

Natación, yoga, esquí en invierno, pádel surf -"esta tontería que me divierte un montón”, ríe- y andar deprisa, muy deprisa. Como en la vida, toca todos los palos. “Lo importante es moverse, estar activa, aunque también medito, algo que me hace mucho bien”, comenta la actriz. Coge la maleta, se pone las sandalias, sube al taxi y deja tras ella ese buen rollo tan difícil de encontrar.