Ona Carbonell y Carla Suárez: pura inspiración

Lucha, esfuerzo, superación. Una y otra se admiran, se aprecian y se unen en una lucha común por la igualdad y el empoderamiento femenino

Ambas fueron reconocidas en los I Premios de la Mujer en el Deporte, organizados por Sport y Woman, y son el mejor ejemplo para todas

Ona Carbonell y Carla Suárez en en los I Premios de la Mujer en el Deporte, organizados por Sport  y Woman

Ona Carbonell y Carla Suárez en en los I Premios de la Mujer en el Deporte, organizados por Sport y Woman

Carme Barceló

Carme Barceló

Una y otra se conocen, se admiran y se aprecian de verdad. Una y otra vivieron unos Juegos Olímpicos en Tokio muy especiales, emocionantes y duros a la vez. Una y otra son referentes para muchas niñas y adultas que ven en ellas un ejemplo de empoderamiento y superación. Ona Carbonell y Carla Suárez respiran esfuerzo e inspiran un modelo de mujer. Juntas se saben más fuertes y así se lo dijeron la una a la otra en los I Premios Woman Sport en los que se reconoció mucho más que el talento y las medallas. “¿Cómo estás, Carla? ¿Todo bien? Yo, con fiebre que me ha contagiado el niño. Ya sabes: aterrizar en la guardería y pillarlo todo”. “¡Muy bien! Con las maletas preparadas, que me voy a competir a Praga”.

En el escenario, con sus galardones en la mano y las cámaras enfocándolas, era como estar en los Oscar. Con los tacones en la mano y la chaqueta sobre los hombros, eran dos colegas, dos deportistas con un día a día mucho menos glamuroso. Carla Suárez sabe bien lo que es pasar días casi sin poder levantarse de la cama por los efectos de la quimioterapia y la radioterapia. Superar un linfoma de Hodgkin ha sido su partido más duro y, a la par, el más reconocido. “Me siento recuperada porque mi cuerpo ya se ha adaptado mejor al día a día -explica la tenista-. La experiencia de Tokio fue muy buena y divertida, pero muy dura a la vez. El día de la derrota fue doloroso porque se juntaron muchas cosas: mis últimos Juegos, mi último partido con Garbiñe y porque teníamos la ilusión de llegar a casa con una medalla”. Ahora quiere “vivir más el presente, pasar el mayor tiempo posible con mi familia, pareja y amigos y dar visibilidad a los que luchan contra el cáncer y a los investigadores, que necesitan medios”. Ona Carbonell sigue entre pañales y bañadores, entre la maternidad y el deporte de élite. “Es muy difícil retomar la competición después de ser madre. La logística es complicada y agotadora”, lamenta. Pero ahí tiene la que considera “mi mejor medalla: mi familia” y va “a seguir luchando para dar visibilidad a estas situaciones y que las deportistas puedan tomar una decisión sin temer por su carrera”.  

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