Laura Ester & Bea Ortiz, el mundo es suyo

“Han sido meses durísimos. Llegar a Tokio, con un ciclo olímpico tan largo y tantas restricciones, pasó factura"

"El waterpolo existe todo el año, pero sólo tenemos visibilidad cuando hay éxito"

Laura Ester & Bea Ortiz posan para un reportaje en SPORT

Laura Ester & Bea Ortiz posan para un reportaje en SPORT / Javier Ferrándiz

Carme Barceló

Carme Barceló

Tres Mundiales en dieciocho meses y unos Juegos Olímpicos en los que consiguieron la medalla de plata. Europeos. Competiciones nacionales. Concentraciones. Laura y Bea llegan agotadas a esta entrevista. “Más de mente que de cuerpo”, reconoce la primera. “Han sido meses durísimos. Llegar a Tokio, con un ciclo olímpico tan largo y tantas restricciones, pasó factura. Estuvimos prácticamente aisladas, metidas en una burbuja en la que sólo estábamos nosotras. Casi siempre lejos de los nuestros para evitar contagios y temiendo dar positivo y que por tu culpa se resintiera todo el equipo”, explica Ortiz.
A la dureza del deporte de élite, ellas sumaron la de la pandemia. Con todo, consiguieron una medalla que las volvió a sacar “de la esquina de un diario para llegar a la portada”. Porque “el waterpolo existe todo el año -dice Ester- pero sólo tenemos visibilidad cuando hay éxito. Estamos de moda para lo que quieren. Y las mujeres aún lo tenemos peor”. A pesar de todo, ellas siguen dándolo todo por este deporte “y disfrutando de esa plata”. En pocas semanas llega un Mundial en el que “esperamos obtener muy buenos resultados”, comentan ambas. Ahora, la selección es un ‘mix’ de ‘seniors’ y chicas muy jóvenes a las que hay que ir introduciendo en la dura realidad. Tanto Bea como Laura, la segunda más veterana del equipo, reconocen que “las niñas que suben tienen mucha calidad pero necesitan concentrarse al cien por cien. Las redes sociales y los dispositivos móviles, como a toda la juventud actual, las tienen un poco enganchadas. Acaba el entrenamiento y se lanzan al teléfono y a ver cuantos ‘me gusta’ tienen. Y nosotras les decimos: ‘va, nos quedamos por aquí un rato, aprovechemos para hablar’. Es complicado”. Para Ester, “es mi objetivo hasta que deje de competir: conseguir que se centren solo en el waterpolo mientras estén entrenando”.
Con ella hay que hablar de futuro. “Soy joven pero tengo muchos años -dice riendo- y, en este momento, mi objetivo es París. A partir de ahí, decidiré”. Ortiz quiere llegar “a esos Juegos Olímpicos, en los que ya tendré veintinueve años, y seguir algunos más. ¡Lo que me pida el cuerpo!”.

Maternidad y élite

‘El día después’ lo llevan trabajando desde hace tiempo porque ambas estudian. Lo que parece imposible es plantearse la maternidad en activo. “Te quedas embarazada y, a la vez, en el paro. Esto es así”, sentencia Laura. “Se ha avanzado muy poco en este sentido -añade Bea- y todo gesto se agradece, como el de Ona Carbonell antes de Tokio o ver a Gemma Mengual competir en Río’16 con dos niños en la grada. Pero queda muchísimo camino por recorrer”.

MAKING OF

Laura y Bea se convirtieron en objeto de ‘stories’ y fotos de muchos de los clientes del hotel W Barcelona. Cual dos sirenas y luciendo espectaculares diseños de la firma Andrés Sardá, las waterpolistas se convirtieron en modelos por un día. Toda una piscina para ellas y cientos de ojos pendientes de sus risas y sus bailes revolucionaron el establecimiento. Unos refrescos en albornoz y una puesta de sol espectacular pusieron el punto y final al shooting. Auténticas estrellas

SANT JOAN EN EL W BARCELONA

W Barcelona da la bienvenida al verano con The Bonfire, una memorable experiencia gastronómica amenizada con un espectáculo al aire libre en el que el fuego es el auténtico protagonista durante toda la velada.
Todos los jueves por la noche, FIRE, el restaurante insignia del Hotel W Barcelona, se trasladará a la espectacular terraza Wet Deck del hotel dando paso a The Bonfire, que deleitará a todos los comensales con una carta en la que el fuego, las brasas y otras técnicas ancestrales sorprenderán a los paladares más exigentes.
La noche de San Juan será especialmente inolvidable para todos los asistentes, con un total white dress code y fuegos artificiales para celebrar juntos la noche más mágica del año.
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