Desirée Vila: un camino extraordinario

Acabó 2021 sumando otro reto a su agenda: finalizar el Camino de Santiago con los suyos. Después de los Juegos Paralímpicos de Tokio, éste es un paso más para una mujer que ha conseguido que el mundo la mire más allá de su prótesis

Una deportista inspiradora. Una atleta que salta sobre cualquier obstáculo que le pone la vida con fortaleza y naturalidad

Desirée Vila

Desirée Vila

Carme Barceló

Carme Barceló

Unos percebe, un koala -su animal favorito- y un ‘frigopié’ con chancletas son sólo una parte del universo de la prótesis de Desirée. Desde que convive con ella, “hemos vivido momentos de todo, pero ahora estamos muy bien. Tardé casi un año en aceptarla”, reconoce la atleta paralímpica. Hablamos mientras camina. Y no es un recorrido cualquiera. Junto a los suyos, Vila ha acometido un nuevo reto en su vida, algo que tenía aparcado y que, después de los Juegos Paralímpicos de Tokio, decidió que no podía esperar más. Gallega hasta decir basta, Desirée le dijo a su madre que “había llegado el momento de hacer el Camino de Santiago. ¡Mi discapacidad no me limita tanto, concha! Soy inquieta por naturaleza así que me puse a ello. Cierto es que me había preguntado varias veces si sería capaz de hacerlo con prótesis”. Pues lo ha hecho. Como tantas cosas que ha conseguido desde que tuvo aquel accidente practicando gimnasia acrobática. Una neglicencia médica le provocó una isquemia que casi acabó con su vida. Perdió una pierna y “viví todo un proceso antes de aceptar mi cuerpo y de dejar de esconderme”. Deportista nata, reconoce que “hasta que vi los Juegos de Río no sabía que existían los paralímpicos. Tan sólo había pasado un año de mi accidente y no me planteaba nada a nivel deportivo. Pero me llamó la atención y, poco tiempo después, se convirtió en un reto”. 

ADAPTARSE Y ACEPTARSE

Así llegó a Tokio y consiguió su diploma en salto. “Es lo mejor que me ha pasado en la vida -asegura- porque lo he disfrutado desde el primer minuto. Probarme la ropa, la concentración en el CAR de Sant Cugat, el viaje… Mola llegar, pero mucho más el día a día”. El camino. El mismo que la ha llevado a Santiago, a dar charlas motivacionales o a que marcas como Merkal la hayan elegido como imagen por considerarla un ejemplo de superación y unjunt modelo de mujer inspirador. “Cuando voy a colegios explica- en la ronda de preguntas no se atreven a decirme nada pero luego vienen a hablar conmigo en privado. Algunos no aceptan su cuerpo y lo esconden. Otros se sienten excluidos. Intento transmitir que la diferencia no es algo malo y que es normal caer hasta el fondo. Yo pasé un año en el que no pude hacer nada. No me adaptaba a la prótesis: me picaba, me dolía y no me gustaba. Y mira ahora, me siento super bien y orgullosa de ella”.

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