El cómplice de nuestras emociones

¿El vino es más que una simple bebida? Alicia Estrada, autora del exitoso libro ‘Los 100 mejores vinos por menos de 10 euros’, lo tiene claro. “El vino ofrece un cosmos muy amplio, los buenos vinos son paisajes embotellados; son historia, tradición, territorio; a veces bebemos el sueño de personas apasionadas de su viña y su vino…

Salvo que nos entusiasmen las catas técnicas, el vino se presenta como un aliado, cómplice emocional en múltiples situaciones de la vida”, explica a Sport & Style.

LA CATATERAPIA. Tiene toda la razón. Si lo pensamos, el vino acostumbra a estar presente en muchos momentos de nuestra vida, ya sean buenos o no tan buenos. Es por este motivo, que Alicia ha realizado una curiosa clasificación proponiendo vinos relacionados con nuestras emociones. “Hay vinos de apoyo moral al cocinero, mientras la familia se divierte en el jardín; hay vinos de meditación o de chimenea; los hay de motivación, esos que bebemos para celebrar el esfuerzo antes que el éxito; hay vinos de fondo de bodega; los hay que nos ayudan en la búsqueda de la inspiración… Según el momento y la situación, debiéramos buscar el vino”. Es por ello que Estrada organiza cataterapias. ¿En qué consisten? “Solemos decir que ante las tormentas no se trata de salir corriendo en dirección opuesta. Quizás sea más sencillo aprender a bailar bajo la lluvia con una copa de vino en la mano y buenos amigos. La cataterapia es una llamada a hacer de lo cotidiano un momento especial con la compañía de un vino. ¡Paraguas de colores para días grises!”. 

Y para poner en práctica esta interesante filosofía de vida, estas son algunas recomendaciones que nos propone Alicia entre los 100 vinos que nos sugiere en su libro. Por ejemplo, el ‘Orto Negre’, un tinto joven visión del Nuevo Montsant, puede ser un vino de autoayuda: “Es jugoso, fresco, sutil. Con un buen chocolate anima y otorga valor”. Para una charla de horas, su recomendación es el ‘Ètim Verema Tardana Negre Dolç’, porque “en formato de chupito tras la comida enlaza con la merienda y alarga la charla hasta la cena”. 

Para los más futboleros, dos sugerencias a tener en cuenta: el ‘Finca El Carril tinto roble’ es “el vino que elabora Iniesta en su bodega de La Manchuela, un tinto sencillo pero bien hecho, ideal para compartir entre amigos y televisión”. ¿Y para celebrar un título? El ‘Mas Rodó Montonega’ (Penedés). ¡Tomad buena nota!

Para un picoteo con clase

La Charcutería (Mallorca, 251. Barcelona)

El Hotel Alexandra, en pleno centro de Barcelona, alberga un rincón con clase para los adictos al buen embutido. En ‘La Charcutería’, un espacio informal con aspecto de charcutería tradicional, se puede degustar -y comprar- una selección de delicias ibéricas, de embutido catalán y de quesos de calidad. También se puede optar por compartir platillos tan ricos como la ensalada de tomate y burratina, los canelones de rabo de toro o el riquísimo roastbeef de solomillo. Y todo ello aderezado con un buen vinito, como un Ribera del Duero muy adecuado para este tipo de velada ‘gastro’ como es el Viña Sastre. El resultado es un picoteo con clase para romper con la rutina. 

La Navidad en Fairmont

¿Te gustaría celebrar la Navidad con menús exclusivos en un hotel icónico y renovado como el Fairmont Rey Juan Carlos I de Barcelona? Claudio Aguirre, su chef desde hace 25 años, ha diseñado cinco menús especiales que se plantean como un recorrido por los platos tradicionales de la gastronomía local, reimaginados con un toque de modernidad y un guiño al universo culinario francés. El Rodaballo será uno de los plato estrella para Nochebuena y Año nuevo, mientras que el día de Navidad convivirán delicias como las ostras, el sushi y el foie con la tradicional ‘Escudella i carn d’olla’. Para el 26 de diciembre destaca la espaldita de cordero confitada y el Fin de Año se celebrará con un banquete temático inspirado en las estrellas y constelaciones.