Carme Chaparro, sobre ruedas

Más de 75.000 libros vendidos en dos meses. Su primera novela ha llenado el estadio, es aplaudida a rabiar y ya tiene su primer título al margen del propio, ‘No soy un monstruo’. Premio Primavera 2017. Casi nada. Carme Chaparro, periodista de raza con 20 años de profesión a la espalda, llega puntual y sonríe por el escenario elegido. “Echo de menos el mar y a mi gente pero me siento muy bien en Madrid. Me gusta volver a Barcelona porque las ciudades son emocionales. Aquí has nacido, te has formado y te has tomado tu cervecita en la ‘Ovella negra’. ¡Qué tiempos!”.

Tiempo. La palabra que más se repite durante toda la conversación. La clave de todo. En positivo y en negativo. Carme saca su iPad del bolso y un teclado. “Te presento mi oficina móvil -explica riendo- y el aparato donde se ha gestado esta novela entre trenes, en el parque con las niñas, en la hora de la comida en la tele o en la sala de espera del dentista. Pero ya no digo casi nunca: ‘no tengo tiempo’. He aprendido a exprimirlo, a gestionarlo al máximo, a saber decir que no y a pensar en pequeñas parcelas”. La periodista dedica una de ellas al ejercicio físico “para cuidarme, por salud, pero sin obesionarme. Pretender tener el cuerpo de una veinteañera con 44 años es absurdo. Me libera mucho haber llegado a este punto. Tengo una Power Plate, mancuernas y una elíptica en casa, además de correr detrás de mis hijas, claro”. Nos tomamos un ‘mini suizo’ cerca de la Villa Olímpica. A nuestro lado hablan del Barça. “Mi familia y yo somos muy culés. Cuando gana, fantástico. Pero cuando pierde intento tener sangre fría y pensar que eso no me puede poner de mal humor”. Las alegrías se las provoca ahora su novela y esos personajes “con los que empatizo, especialmente con los femeninos. Y una parte de mis amigos y familia está en todos ellos. Es una forma de agradecerles que me hayan acompa- ñado en este camino”. Como la acompa- ñó, mientras escribía, la música de Silvia Pérez Cruz y de Bruce Springsteen. Glory days, Carme.