Este es el camino

De Barcelona 92 a Tokio 22, pasando por París, Londres y Pekín

El camino es el que nos señalan: sacrificios, renuncias y desigualdad

Lydia Valentín, Arantxa Sánchez Vicario, Gemma Mengual y Marina González en la Gala Woman SPORT

Lydia Valentín, Arantxa Sánchez Vicario, Gemma Mengual y Marina González en la Gala Woman SPORT / SPORT

Carme Barceló

Carme Barceló

Junto a Conchita consiguió la medalla de plata en el torneo de dobles de tenis en Barcelona’92. Tres días antes se había colgado el bronce en el torneo individual. Arantxa Sánchez Vicario, treinta años después, llegaba directa de Estados Unidos para celebrar, con Sport y Woman, aquellos Juegos Olímpicos únicos.

Emocionada, la tenista abrazó a Lydia Valentín nada más llegar. Una de las primeras deportistas españolas en conseguir una medalla olímpica junto a la haltera a la que, durante años, le habían robado las que merecidamente ganó. Una lucha larga y dolorosa que acabó devolviéndole lo que era legalmente suyo.

A Gemma Mengual la historia de Lydia le parece increíble. Y a quien esto firma, la suya. 17 medallas de oro. 18 de plata y 12 de bronce entre campeonatos del Mundo, Europeos y Juegos Olímpicos, los últimos como madre dos hijos.

Junto a ella y con los ojos y oídos bien abiertos, Marina González escuchaba a sus referentes deportivos. La gimnasta se fue a casa con la piel de gallina “y mensajes que han calado mucho en mí”. Llegó a Tokio con 18 años y sus redes sociales como arma comunicativa para dar visibilidad al deporte femenino.

Arantxa tenía 20 cuando compitió en Barcelona y Gemma fue voluntaria en aquellos Juegos. Ellas, ya retiradas, dejan un legado poderoso. Lydia pone su mirada en París y las cuatro señalan el camino a muchas niñas que quieren ser como ellas.

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