"Cambio la presión por motivación"

La karateca Sandra Sánchez

La karateca Sandra Sánchez / DAVID RAMÍREZ

Carme Barceló

Carme Barceló

La tita Sandra mola un montón! ¡La tita Sandra mola mogollón!”. Sus sobrinas siempre la han jaleado desde la grada en todos los momentos de su carrera. Los más duros, hace un tiempo ya, y los que la han colocado en el camino de Tokio. “Mi familia estará en Japón al completo. Son mi punto de apoyo y mi fuerza, junto a mi entrenador”. Mira al frente, donde está Jesús del Moral, y le dedica una sonrisa. Otra más. Él fue quien creyó en Sandra Sánchez desde el primer día. “Te voy a hacer campeona de España y del mundo, me dijo. ¡Lo tenía tan claro! Jesús me dio valor, en el más amplio sentido de la palabra”. Tengo a mi lado a la mejor karateca de la historia en la categoría de kata y a su marido, que además es su entrenador, compartiendo ensaladas diversas, mucha agua sin gas y un mediodía de ‘veroño’ en Barcelona. “Sandra es exactamente igual como deportista que como persona -explica el técnico-. Auténtica, muy comprometida, perseverante y que nunca se rinde. Con esa tenacidad, los éxitos tenían que llegar”. Y llegaron.

LO QUE CUESTA TOCAR EL CIELO

“Este año olímpico va a ser único y lo voy a disfrutar. Cada día me digo a mí misma: ‘vívelo todo, Sandra, siéntelo todo’. ¿Presión? La cambio por motivación. Hasta los 33 años (tengo 38), las cosas fueron muy difíciles. Me he pasado toda la vida sin que la gente creyera en mí. He estado tantos años en el ‘lado oscuro’ que ahora voy a disfrutar cada minuto”. Qué duro. “Esto te hace un callo de narices -asegura Sandra- y te vuelves tan dura que pierdes un poco de sensibilidad. Hay una línea tan fina entre creer lo que dicen de ti y lo que crees tú... Dejar de creer en ti te cambia como persona. Por eso, cuando comparto mis vivencias con gente muy joven les repito mil veces que, aunque haya momentos en los que quieras tirar la toalla, debes creer en ti y luchar por tus sueño”.

EQUILIBRIO

Vive con los pies en el suelo. Mental y físicamente. “Siempre estoy descalza. Ponerme unos tacones es un suplicio y casi tengo que aprender a andar porque me voy de lado. Y eso que, en mi especialidad, el desequilibrio te resta puntos”. Sandra cree que “soy una persona equilibrada y racional aunque a veces...”. “A veces es como un gato, no sabes cuando te va a dar el arañazo”, completa la frase Jesús. Ríen. Ella ríe siempre. Ella quiere saborear cada segundo de este presente que la lleva camino de una medalla. “Uffff, eso ya lo veremos. Pero que voy a por ella, está clarísimo. Sería increíble”.