Berta Ferreras: el cielo, más cerca

La deportista española, protagonista del Sport&Style de esta semana

Berta Ferreras no renuncia al sueño olímpico

Berta Ferreras no renuncia al sueño olímpico / INMA QUESADA.

Carme Barceló

Carme Barceló

"Es dulce, predispuesta y muy fácil de entrenar. Su forma de nadar es ‘muy Berta’, muy suya. Es ligera, elástica y su progresión es muy buena. Además, es una excelente persona y muy inteligente”. Quien la describe es su referente, Gemma Mengual, la deportista a la que admira desde que era una niña.

No sabe que la campeona olímpica iba a participar en este reportaje aunque hablamos de ella. “Me ha aportado mucho -explica-, al igual que Ona Carbonell y Pau Ribes. Pero Gemma es especial. Cuando era pequeña y la veía competir pensaba: ‘¡Quiero ser igual!’. De ella he aprendido muchísimo. Me ha entrenado y me ha dedicado mucho tiempo”. 

Berta Ferreras es la acróbata del equipo español de natación sincronizada. Tras dos meses ‘de secano’, ha vuelto a la piscina del CAR donde sigue “entrenando a tope aunque de forma distinta. Solo realizamos posiciones individuales porque debemos guardar la distancia entre nosotras. También en el gimnasio estamos alejadas, limpiando cada máquina después de utilizarla y siguiendo protocolos muy estrictos”.

El Covid-19 detuvo la maquinaria que debía llevar al equipo a Tokio y Berta vivió los primeros días “en shock. Pero en una semana me puse las pilas mentales y físicas, me confiné con mi pareja y él me ‘sirvió’ para probar nuevas acrobacias y ejercicios. ¡Somos un buen tándem!”. Con Roger Tahull, integrante de la selección de waterpolo, practicaron incluso acroyoga en el jardín de la casa que ambos compartieron durante el confinamiento.

“Parte de mi familia son sanitarios, han estado -y siguen- en primera línea y por ello opté por vivir estos meses con Roger. Admiro cada día más a este colectivo y si no fuera deportista de élite, hubiera estudiado Medicina. Pero como hay que hacer muchas cosas de forma presencial, elegí la carrera de Psicología”, comenta Ferreras, que ya cursa tercero.

Entre libros, clases on line y entrenamientos caseros ha pasado este trimestre. Los Juegos Olímpicos siguen siendo “mi sueño. Y es tan grande que, aunque la pandemia es una tragedia, no lo ha truncado. Sigo trabajando con la misma ilusión”. Levanta la mirada por indicación de la fotógrafa, respira hondo y cierra los ojos. Atrás queda la pesadilla.

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