La atracción de los polos opuestos

“Le conocí y vi en él algo diferente. Conectamos y cuando tuve la oportunidad de formar tándem con Víctor en Cadena Cien, no dudé. Y además, pensé: ‘Si él está a mi lado, a mí me hará mejor’”. Christian Gálvez mira a su amigo y éste casi se sonroja. No hace tanto tiempo que Parrado actuaba en bares, restaurantes y pequeños teatros de Catalunya. Hoy es el ‘bro’ de uno de los presentadores de televisión más reconocidos y tiene de él su reconocimiento. Amigos del alma y cómplices, ambos conviven varias horas en directo todos los sábados y otras tantas más compartiendo risas, lágrimas y, por encima de todo, creando “buenrollismo”, la palabra mágica que ha acompañado a Víctor desde sus inicios.

Nacido en Móstoles y amigo de Iker Casillas era poco probable que el presentador apoyara a otro equipo que no fuera el blanco. “Pero no soy ‘anti’ nada -apunta-, eso que conste en acta. Valoro lo que ha hecho Koeman, peleando hasta el penúltimo minuto por la Liga y ganando la Copa. El Atleti ha dejado escapar una ventaja espectacular y, al final, lo que cuentan son los títulos, no lo que aconteció en el camino. ¿Zidane? Lo ha gestionado bien. Al principio no tanto, dejando escapar a buenos futbolistas, pero lo recondujo. Gane quien la gane se premiará la regularidad y la supervivencia en los momentos de crisis”. El cómico no se muestra tan contento. “Estaba ilusionado con el final de Liga. Veníamos de una buena racha y el doblete no era impensable. Pero el partido ante el Granada fue un ‘gatillazo’. A partir de ahí, cada encuentro era como hacer el borrador de Hacienda, que no sabes si toca dar o devolver. Y en este caso nos dieron por todos lados y tuvimos que devolver la Liga. Que nunca fue nuestra, cierto, pero lo parecía”.

> Este fin de semana vivirán juntos el desenlace de esta competición tras el programa de radio ‘De sábado con Christian Gálvez’. Una nueva aventura del veterano presentador, “un reto que me gusta compartir con Víctor y en del que los dos aprendemos cada día. Una aventura más, aunque parece que ser poliédrico o tocar varias teclas sea un pecado”. Él lo sabe bien y Da Vinci, también.

Lee la edición completa de Sport&Style