La vida secreta de Tesalónica

Desde que toparon en el primer derbi, en 1927, PAOK y Aris han disputado 211 partidos entre todas las competiciones

“El derbi de Salónica es un derbi caldeado... Llamémoslo así”, bromea José Ángel Crespo. “La ciudad está repartida entre ambos equipos”

Los seguidoes del Paok FC con bengalas para celebrar la victoria en la final de la Copa Griega ante el  AEK Atenas en Tesalónica.

Los seguidoes del Paok FC con bengalas para celebrar la victoria en la final de la Copa Griega ante el  AEK Atenas en Tesalónica. / AFP

Aitor Lagunas

Aitor Lagunas

Si la vida secreta de las ciudades esconde dobleces en las bocamangas de la historia, la de Salónica esta repleta de pliegues y costurones.

Fundada en el 315 antes de Cristo por un rey macedonio y bautizada con el nombre de su esposa, este punto del Mediterráneo oriental fue primero griego, luego bizantino y después otomano, hasta que en 1912 tropas helenas y búlgaras pelearon por incorporarla a sus mapas.

Para cuando estas últimas llegaron a la ciudad, hacía 24 horas que la guarnición turca se había rendido a los griegos: “Solo tengo una Salónica y ya la he entregado”, se excusó el último alcalde musulmán ante las tropas búlgaras.

Además de puerto codiciado, el transcurrir de los siglos hizo de Salónica un refugio multicultural: fue la única ciudad europea donde los judíos eran mayoría. Miles de ellos procedían de España, tras la expulsión sefardí de 1492 siguiendo las muy católicas órdenes de Isabel y Fernando.

Por eso en este rincón del Egeo se habló durante 500 años una variante del castellano. Una de esas familias alumbraría una figura del deporte español: Raimundo Saporta, alter ego diplomático y políglota de Santiago Bernabéu en el Real Madrid de los 50 y 60.

Hoy en Salónica se habla castellano gracias no solo a la reciente apertura de un Instituto Cervantes en la ciudad sino también a sus dos principales clubes de fútbol. El central José Ángel Crespo lleva cinco años defendiendo los colores blanquinegros del PAOK. Por su parte, Julián Cuesta, Javier Matilla y Cristian López lucen la camiseta aurinegra del Aris.

Ambas instituciones conviven a escasos kilómetro y medio, la distancia de un estadio a otro. “El derbi de Salónica es un derbi caldeado... Llamémoslo así”, bromea Crespo. “La ciudad está repartida entre ambos equipos”, argumenta el exdefensa del Sevilla, Racing o Rayo. También canterano hispalense, pero mañana rival de Crespo, el granadino Julián Cuesta le da la razón: “Es muy parecido a un Sevilla-Betis. Aquí es más peligroso porque las aficiones llegan a las manos. Pero en cuanto al juego es lo mismo: esfuerzo, pasión y concentración al máximo”, explica el exarquero del Almería.

BURGUESES O REFUGIADOS

El Aris fue el primer gran club de la ciudad, fundado por jóvenes de la burguesía local en 1914, solo dos años después de que la ciudad pasara de manos turcas a griegas. Como hacía poco que los cañones habían callado se eligió a la diosa griega de la guerra, Ares, para bautizar al equipo. Tenía sentido ya que Ares había estado en lucha permanente contra Hércules, divinidad que daba nombre a otro equipo de la localidad: el Iraklis, hoy en segunda división.

Los del PAOK llegaron en 1926 con unas siglas menos mitológicas que informativas: quieren decir ‘club atlético de los tesalónicos de Constantinopla’.

Y es que en 1923, después de la enésima guerra greco-turca, ambos países intercambiaron minorías étnicas. Así, miles de griegos residentes en Estambul se asentaron en Salónica. Y entre sus pertenencias trajeron consigo también al PAOK, creado originalmente en la ciudad turca en 1875.

Los ribetes negros de su uniforme y las águilas con alas plegadas de su escudo constituyen reminiscencias del dolor de aquellos refugiados. Desde que toparon en el primer derbi, en 1927, PAOK y Aris han disputado 211 partidos entre todas las competiciones. Su balance luce bastante igualado: 75 victorias blanquinegras, 70 empates y 66 triunfos aurinegros. “Nosotros hemos ganado títulos recientemente y ellos han estado en la zona alta de la tabla. Eso hace que este derbi sea más caliente de lo habitual”, valora José Ángel Crespo, uno de los jugadores más laureados en la historia del PAOK gracias a la liga y cuatro copas del último lustro.

Sin embargo, el conjunto presidido por el multimillonario Ivan Savvidis -otro hijo de la diáspora griega, en este caso nacido en la extinta Unión Soviética- arriba al derbi tras caer por 2-0 contra el Atromitos.

Aún peor llega el Aris, que la semana pasada sufrió la mayor goleada de su historia en casa (0-5 ante el Giannina). “Ha sido una gran vergüenza y vamos con la necesidad de ganar sí o sí. La afición se nos ha echado encima, hay que ir a muerte. Ellos también han perdido y el derbi es en su estadio: van a tener presión. Eso nos puede beneficiar”, valora Cuesta antes de enviar por WhatsApp una foto. Se ve un campo rodeado por un mar de bengalas y humo. “Es del último derbi con público”, señala.

Mañana, por primera vez en casi dos años, la afición volverá a inflamar un derbi de Salónica.