El retorno del rey

El Rangers jugará la final de la Europa League diez años después de quebrar y reconstruirse desde el último escalón del fútbol escocés

El club abraza 116 títulos, entre los que se encuentran 55 ligas escocesas, 33 copas, 27 copas de la liga y dos Recopas de Europa

El Rangers jugará la final de la Europa League 14 años después de perder su única final, ante el Zenit

El Rangers jugará la final de la Europa League 14 años después de perder su única final, ante el Zenit / AFP

Adrià Soldevila

Adrià Soldevila

El segundo equipo más laureado de la historia del fútbol, solamente por detrás del Al Ahly egipcio, ha vuelto. Diez años después de desaparecer de la élite del deporte mundial, el Rangers sonríe de nuevo. El próximo miércoles 18 de mayo, Glasgow se paralizará. Esa fecha está bloqueada en el calendario desde que los 'Gers' eliminasen al gigante alemán RB Leipzig en las semifinales de la Europa League con un gol de Lundstram faltando diez minutos para el final.

Ibrox Park vivió una noche memorable tras remontar el 2-1 de la ida en el partido de más dimensión de los últimos diez años. No será una final cualquiera para el Rangers. Y eso que ha disputado decenas en sus 150 años de historia. El club abraza 116 títulos, entre los que se encuentran 55 ligas escocesas, 33 copas, 27 copas de la liga y dos Recopas de Europa, los únicos grandes títulos europeos que descansan en sus vitrinas. La próxima semana, el equipo intentará llevarse su primera Europa League -tras la derrota en la final de 2008 ante el Zenit- en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla. Pero esta no será una final más. Es la primera después de la peor crisis de la historia del club y tras diez años intentando rehacer una entidad que desapareció de la noche a la mañana.

El Rangers pasó de ganar la Premier escocesa en 2010-11 a reconocer una quiebra económica irreparable una temporada después. El club anunció una deuda de 134 millones de libras y perdió el juicio por el que Hacienda le reclamaba unos impagos que, con los intereses, superaban los nueve millones. No había marcha atrás. El club no podía hacer frente a sus obligaciones y debía bajar la persiana. 140 años de historia y equipos inolvidables con jugadores de la talla de Terry Butcher, Brian Laudrup, Steven Davis, Giovanni van Bronckhorst -el actual entrenador-, Steven Naismith, Kyle Lafferty o el mítico Paul Gascoigne, por el que la entidad azul pagó 4,7 millones de libras en 1995, el traspaso más caro de su vida.

Gascoigne se enamoró de Glasgow de la misma manera que la Glasgow protestante se enamoró de Gascoigne. Tanto fue así que los aficionados le escogieron como el segundo futbolista no escocés más importante de la historia del club, por detrás de su excompañero de equipo Brian Laudrup. Ganaron dos ligas juntos en una de las mejores etapas de la historia, justo antes del desfase financiero que se produjo en los 2000, la época en la que el Rangers invirtió por encima de sus posibilidades. Pagó 18 millones por el delantero noruego del Chelsea Tore André Flo, se dejó casi diez millones en Michael Ball, del Everton, e invirtió ocho millones para llevarse a Mikel Arteta en 2002. En verano de 2004 el conjunto de Ibrox se gastó por última vez más de cinco millones en un futbolista. Los 7,2 millones de libras que pagó por Barry Ferguson fueron los últimos. A partir de ese momento, todo se fue abajo.

De la quiebra al renacimiento

“Yo firmé con ellos en la Premier escocesa”, reconoce Fran Sandaza a Sport Dossier. El delantero, que pasó por el Girona -entre otros-, recibió una suculenta oferta para fichar por el Rangers al término de la temporada 2011-12. El conjunto de Glasgow había acabado la temporada en segunda posición a 20 puntos -le quitaron diez por sus problemas económicos-, del Celtic, que volvía a conquistar la liga cuatro temporadas después. Lo que no sabía el toledano es que el club iba a desaparecer y que empezaría el curso en la cuarta división del fútbol escocés después de haberse salido marcando goles en el Saint Johnstone. “Fue un castigo muy grande. Nos mandaron a la última división, la peor. Fiché en la peor época de la historia del club”, explica el goleador, que actualmente se encuentra sin equipo tras la también desaparición del Extremadura.

El 4 de julio de 2012, el Rangers FC fue expulsado de la Premiership por votación del resto de los miembros. Tras la quiebra técnica y las deudas, diez de los 12 clubes que forman la máxima categoría votaron a favor del descenso administrativo. La entidad glaswegian se había declarado en bancarrota tras terminar la temporada en concurso de acreedores. David Murray, magnate de la siderurgia y propietario durante la época dorada de los 90 y los 2000, vendió el club a Craig Whyte en 2011.

23 años después de haberlo comprado por seis millones de libras, prácticamente lo regaló. Una libra pagó Whyte por un club que se hundía. Y lo acabó de hundir pocos meses después de que el presidente hiciera públicas las reticencias del consejo a la entrada mayoritaria del empresario: “Durante un tiempo, el consejo ha tenido preocupación por su entrada en el proceso”. No se equivocaban, Whyte resultó ser un empresario de poca monta con antecedentes de estafa y múltiples acciones fraudulentas.

El histórico Rangers, fundado a orillas del Clyde en 1872, acabó en liquidación, aunque solamente estuvo desaparecido unas horas. Charles Green compró todos sus activos por 5,5 millones de libras a través de la sociedad Sevco y refundó el club como The Rangers Football Club Ltd. El equipo se quedó sin jugadores y descendió a la cuarta división, la League Two, pero seguía vivo. “Se gastaron mucho dinero para que el equipo volviese a ser lo que había sido”, recuerda Sandaza. No tardaron en volver. En dos años, dos ascensos. Y no pudieron completar el tercero consecutivo hacia la Premiership al caer en el play-off ante el Motherwell. Tuvieron que esperar al segundo año en la categoría de plata para regresar a la cima del fútbol escocés. Cuatro años tardó el Rangers en volver a pisar la élite.

El club glaswegian volvió a la élite cuatro años después de empezar desde la última categoría

La leyenda del segundo club más laureado del mundo sigue viva. Aunque la llama permaneció encendida incluso en la última categoría. En el primer partido en Ibrox Park, en la segunda jornada de la League Two, el Rangers firmó la mayor entrada de la historia de la cuarta división del país. 49.118 espectadores llenaron el estadio de los 'Light blues'. Una auténtica barbaridad, teniendo en cuenta la media de 3.500 aficionados que asistían a los partidos de esa categoría. Pero el Rangers es el Rangers, en la élite o en cuarta. Había que ganar, como se había hecho siempre. “Había mucha presión. A la mínima que iba mal te pitaban. El peso de la historia hizo que en ese año la gente que estuvo con el equipo lo pasase mal. No se disfrutó el ascenso, porque teníamos una mochila en la espalda que pesaba mucho”, explica Fran Sandaza, que acabó vistiendo la camiseta del club solamente durante seis meses.

Al Rangers siempre se le ha exigido ganar. Y una vez en la Premiership, la obligación del club fue construir un equipo para volver a levantar el trofeo. De la nada y sin hacer ruido, el Rangers estuvo cuatro años preparándose. En sus dos primeras temporadas fue tercero en la tabla. Y en las dos siguientes, con Steven Gerrard empezando en los banquillos profesionales, ya quedó solamente por detrás del Celtic. Nueve años después del descenso a la cuarta división, en la temporada 2020-21, el Rangers levantó su 55 campeonato. “Una década después de caer en la miseria más absoluta, estar en la final de la Europa League tiene mucho mérito. Al César lo que es del César, lo han hecho muy bien”, reconoce el delantero toledano. Este miércoles, los 'Gers' esperan tocar el cielo en Sevilla. Les espera el Eintracht de Frankfurt.