Reflexiones improbables de personajes imposibles

Ceferin, en una imagen de archivo

Ceferin, en una imagen de archivo / EFE

PANENKA

NYON 9, DE OCTUBRE DE 2021. Cada día lo mismo. No es fácil. Ya lo sabes bien. Levantarse por la mañana, desayunar, gimnasio, ducha y al despacho, que hay que salvar al fútbol de las zarpas del negocio. En mi misión de defender a los modestos, siempre desamparados, me faltan horas. El enemigo es poderoso, así que tengo que dar lo mejor de mí. Juve, Madrid, Barcelona… Van a por nosotros. Menos mal que no estoy solo en mi cruzada: somos unos cuantos los compañeros que formamos parte de la resistencia.

El camarada Al-Khelaïfi, por ejemplo. Un gran tipo, como yo, hecho a sí mismo. Siempre nos quedará París, le suelo decir. Ah, La Résistance! El PSG y su romanticismo. Lo sé, lo sé, no puedo mentirte, querido diario; sé que Catar no es exactamente un ejemplo de defensa de los desamparados. Pero si esto es una guerra, no viene mal tenerlo como aliado. A fin de cuentas, son gente trabajadora: me contó Infantino (antes de nuestra última discusión) que en Catar se trabaja de sol a sol si es necesario. Está maravillado. Qué energía tienen... La que me falta a mí, querido diario. ¡Si hasta la justicia me persigue! La última es que ni siquiera vamos a poder sancionar a los rebeldes de la Superliga. He tenido que hacerle caso al juez. Sin VAR ni nada. Y bajo amenaza. Qué escándalo. Pero los ‘superliguers’ no renuncian a jugar nuestra Champions League, por supuesto. ¿Y lo de Florentino defendiendo la Superliga con la excusa de que se van a arruinar para luego ofrecer una millonada por Mbappé en verano? Caraduras. Aunque hay que ser justos con uno de esos clubes (sabes que soy el más ecuánime y demócrata de los amigos de Putin). Sí, diario, porque no hay que olvidar que el Barça sí que está siendo consecuente: si su ambición de crear una Superliga no se cumple, pues ni hablar de competir en la Champions (ni siquiera en la Liga, los muy radicales). Y si dicen que no hay dinero, es que no lo hay: fichajes de Conference League y a jugar. Qué ejemplo de lucha.

Es el enemigo, pero, como decimos en la UEFA (no recuerdo exactamente por qué): Respect.