El Barça y yo nos parecemos tanto esta temporada…

Desorden, poca disciplina, falta de goles…

Así que no me lo pensé cuando me llamaron. Cogí el primer avión

Pierre-Emerick Aubameyang, jugador del FC Barcelona

Pierre-Emerick Aubameyang, jugador del FC Barcelona / Javier Ferrándiz

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Querido diario. Te escribo ya instalado en Barcelona, mi nueva ciudad. Quién iba a decir que después de todo lo que he pasado en los últimos meses, mi destino era fichar por un grande de Europa para ser su delantero titular.

Un grande venido a menos, sí, pero mucho mejor así. El Barça y yo nos parecemos tanto esta temporada… Desorden, poca disciplina, falta de goles… Así que no me lo pensé cuando me llamaron. Cogí el primer avión. Creo que es la primera vez que soy puntual en toda mi vida. Es mi última oportunidad, porque reconozco que en los últimos tiempos en el Arsenal no estuve demasiado atinado.

Vaya, que lo único positivo que he dejado últimamente han sido dos antígenos; mi único doblete ha sido de COVID. Fue ampliar mi contrato con el Arsenal por todo lo alto hace un año y medio y enseguida perder la puntería. ¿Qué cosas, no? Sé que en Barcelona sabrán comprenderme, no les debe parecer tan grave si lo comparan con la renovación de Umtiti. No sé qué mosca me picó (y no me refiero a cuando pillé la malaria, otro highlight de este maravilloso año que llevo), pero empecé a liarla. Permisos para viajar que se alargaban más de lo pactado, discusiones con el entrenador… Dicen que el Barça de Xavi a veces se atasca en ataque… Que no se preocupen, tengo experiencia: me perdí un derbi con el Tottenham porque estaba en medio de un atasco. Tuve que ver cómo me multaban, me retiraban la capitanía… Lo reconozco, la puntualidad nunca fue mi fuerte. Pero solo ha habido problemas con ello cuando he dejado de meter goles. Por eso estoy feliz de llegar a un club en el que marcar no es lo más importante. Fíjate en Luuk De Jong: es su mejor goleador y le siguen fichando sustitutos. El Barça me necesita. Necesita flow. Necesita fiesta. Y yo de fiestas sé un rato: que se lo digan a la selección de Gabón, que me mandó a casa después de correrme una buena juerga antes de la Copa África. Llega la alegría. Llega Auba. De mi depende que los ‘culers’, al verme, no acaben diciendo ‘Au, va…’.  

Pierre-Emerick A.