El hijo mató al padre

En 1911, un puñado de jugadores del ‘Flu’, descontentos con la gestión que se estaba llevando a cabo en la entidad, decidieron abandonar sus filas e irse al ‘Fla’

“Nosotros somos sus padres, ellos son nuestros hijos”. Así se presenta la rivalidad entre Fluminense y Flamengo por parte de un aficionado del conjunto ‘tricolor’

El Fluminense y el Flamengo se vieron las caras en la final del Campeonato Carioca

El Fluminense y el Flamengo se vieron las caras en la final del Campeonato Carioca / Alexandre Vidal / Flamengo

JORGE GINER

Brasil no se entendería sin el fútbol. El fútbol no se entendería sin Brasil. Sin su manera de vivirlo, de expresarlo. Haciendo del fútbol un simple juego. Haciendo del juego un divertimento al fin y al cabo. Que Brasil sea hoy el ‘país do futebol’ tiene mucho que ver con aquellas olas migratorias de europeos que se establecieron en Sudamérica cuando se mediaba el siglo XIX. En tromba, gente de muchos rincones del Viejo Continente se instaló en tierras sudamericanas. Entre todos esos cientos de miles, la familia Cox, inglesa de origen, con un padre, Emmanuel, vicecónsul de Inglaterra en Ecuador, con un hijo, Oscar, ya nacido en Brasil, como encargado de enseñar a sus paisanos de qué iba aquello del football.

Cual profeta en su tierra, Oscar Cox regresó a casa después de finalizar los estudios de Humanidades en Lausana, Suiza, de donde volvió con el título universitario y con un balón de cuero. Suya fue la culpa de que se disputaran los primeros partidos entre ‘cariocas’, también que la gente de Río empezase a enfrentarse a la de São Paulo y, definitivamente, de la creación de un club de fútbol, el Fluminense, junto a otros compañeros aficionados a aquel deporte incipiente.

Una escisión familiar

Nosotros somos sus padres, ellos son nuestros hijos”. Así se presenta la rivalidad entre Fluminense y Flamengo por parte de un aficionado del conjunto ‘tricolor’. Lo dice, sobre todo, porque el Fluminense fue aquel primer equipo de fútbol que fundó Oscar Cox en Río de Janeiro. Y también porque el íntimo y eterno rival salió de sus propias entrañas. En 1911, un puñado de jugadores del ‘Flu’, descontentos con la gestión que se estaba llevando a cabo en la entidad, decidieron abandonar sus filas e irse al ‘Fla’, entonces un club de remo, no de fútbol. En su llegada a la entidad, capitaneados por Alberto Borghert, que antes ya había sido remero en el ‘Fla’, crearon su sección balompédica el 24 de diciembre de 1911. A partir de esa misma fecha se inició una rivalidad deportiva que se palpa por toda una ciudad en la que también conviven Botafogo y Vasco de Gama.

La primera vez que se vieron las caras frente a frente sobre un terreno de juego fue el 7 de julio de 1912. Poco más de medio año había pasado desde que se abriera en canal la plantilla ‘tricolor’ y pasase a existir una rojinegra. Puede que por ello el ‘Flu’ todavía llevase ventaja y se apuntase la primera victoria en el derbi. 3-2 para ellos, con apenas 800 aficionados en las gradas para presenciar aquel encuentro correspondiente al Campeonato Carioca. Una pobre entrada que pronto sería anecdótica.

Una porción de culpa de que el derbi de Río empezase a cobrar mayor relevancia entre el público cae sobre las crónicas del periodista Mário Filho, quien se inventó lo de ‘Fla-Flu’ y lo de ‘O Clássico das Multitudes’ para animar un poco la fiesta en los años 30. El otro trozo del pastel se lo lleva, por supuesto, Maracaná. Sin la construcción del templo sagrado del fútbol brasileño en 1950, para dar cabida a 200.000 personas en una Copa del Mundo, tampoco se podría haber vivido lo que sucedió el 15 de diciembre de 1963.

Final del Campeonato Carioca. Flamengo contra Fluminense. 90 minutos por delante para decidir al campeón del torneo estatal. 194.603 almas viviéndolo en directo. Historia del fútbol. Nunca un partido entre clubes había reunido a tantos feligreses. Ese día volvió a ganar el Fluminense. Pero las tornas acabarían cambiando. Las cosas hoy ya no son como eran entonces.

Solo hace falta salir a dar una vuelta por las calles o las playas de Río para entender por qué el Flamengo es apodado como ‘O mais querido do Brasil’. A los pies del Cristo Redentor no hay lugar que escape de una camiseta, unos pantalones, un chándal, un tatuaje, un complemento cualquiera del ‘Fla’. Te cruzas con ellos en masa. Uno detrás de otro, (casi) siempre ‘rubro-negro’. Ya sea en la orilla de Ipanema, en la de Copacabana, o subiendo a lo alto del Morro Dois Irmãos, para disfrutar de la vista panorámica de una inacabable urbe. Como si fuera prácticamente el único equipo de la ciudad, como si no hubiera club en Río capaz de hacerle frente. Quizá sus 37 Campeonatos Carioca, por delante de los 32 del ‘Fla’; sus siete títulos de Brasileirão, por delante de los cuatro del ‘Fla’; y sus dos Copas Libertadores, esperando a ver si algún día los de tricolor ganan alguna, tengan algo que ver en esto de ser el equipo más querido del pueblo. 

FLAMENGO-FLUMINENSE

RÍO DE JANEIRO

22°54’30’’S 43°11’47’’O

Población (área metropolitana)

12.280.702 habitantes

PAÍS

Brasil

Distancia entre estadios

0 km (comparten el estadio Maracaná)

Hat-trick de consejos

Cómo llegar 

Río de Janeiro cuenta con dos aeropuertos: Galeao y Santos-Dumont. Los vuelos internacionales llegan al primero, que está a unos 20 kilómetros del centro de la ciudad. Para viajar desde España, lo más normal es tener que hacer escala en otra ciudad europea.

Qué visitar

No te puedes ir de ahí sin visitar el Cristo Redentor, desde lo alto del Corcovado disfrutas de vistas a toda la ciudad. También debes subirte al teleférico de Pan de Azúcar, callejear por el barrio de Santa Teresa y darte un chapuzón en Copacabana o Ipanema.

Dónde salir

La ciudad no se entendería sin su vida nocturna. El epicentro de la fiesta en Río es el barrio de Lapa, con una oferta infinita de bares y discos. Pero si eres más de echar la noche en la calle,

pásate por Pedra do Sal para tomar unas caipirinhas.

PRÓXIMO PARTIDO

MAÑANA, 29.05.2022 (23 h)