El duelo del club exiliado

Qarabag-Neftçi: Un duelo en Bakú del que no se percibe la acritud que cabría esperar entre dos escuadras que pelean por la hegemonía desde la misma ciudad

El Neftçi puede presumir de haber brillado en Europa antes de que el Qarabag se dejara ver en la Liga de Campeones

Qarabag y Neftçi, el derbi de Bakú, en Azerbaiyán

Qarabag y Neftçi, el derbi de Bakú, en Azerbaiyán / @PFC_Neftchi

Carlos Martín Rio

Los derbis de los que vale la pena hablar representan para una ciudad lo mismo que su catedral, su plaza más céntrica o el río que la atraviesa. Un elemento particular que contribuye a descifrar una urbe. El paisaje que todos los que viven esos 90 minutos con pasión ya encontraron al nacer. El orden natural, algo profundamente arraigado en la esencia ciudadana. Una de esas cosas que son así porque son así, y que solo una hecatombe sería capaz de alterar.

La guerra es una hecatombe. En 1988, la región del Alto Karabaj, entonces parte de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, aunque de mayoría armenia, decidió escindirse en referéndum. Se iniciaba así un conflicto entre armenios y azeríes por el control de un territorio que ya había sido escenario de matanzas y persecuciones étnicas a principios del siglo XX. Una guerra latente que despertaba y que se recrudecería con la caída y el troceamiento de la URSS. El fútbol, por supuesto, se vio afectado.

Al este de la frontera del enclave en disputa se encuentra Agdam. Allí, en 1951, se había fundado el club que, tras adoptar varios nombres, ha llegado hasta nuestros días como Qarabag. Las primeras décadas de la entidad fueron modestas, con dos campeonatos locales (1988 y 1990), ya con el conflicto en marcha. Su siguiente alirón, dentro de la reorganizada competición del Azerbaiyán independiente, estuvo cargado de simbolismo: lo cantó en 1993, con Agdam destruida y conquistada por los armenios, con el club exiliado en la capital, Bakú, y pese a la muerte en la guerra de su técnico, Allahverdi Bagirov, y la destrucción de su estadio.

El viejo Qarabag secaba las lágrimas de su marcha con un triunfo que inauguraba una era. Paradójicamente, con su adiós forzado florecerían los mejores años de su historia, en un crecimiento imparable pero no casual, auspiciado por el poder del presidente azerbaiyano Ilham Alyev, habituado a usar el deporte como método ideal de difusión nacionalista. La entidad contaría también con la simpatía de muchos hinchas que lo adoptaron como su segundo equipo. Por ello, en el derbi que los enfrenta al Neftçi, dominador en Bakú hasta la llegada del exiliado, no se percibe la acritud que cabría esperar entre dos escuadras que pelean por la hegemonía desde la misma ciudad.

Sacar petróleo

Antes de que el Qarabag de Gurban Gurbanov (su entrenador desde 2008) iniciara una racha que lo ha llevado a ganar siete ligas consecutivas (2013-2020) e incluso a debutar en 2017 en la fase de grupos de la Champions League (de la que salió con dos empates que amargaron al Atlético de Madrid), el Neftçi imponía su ley.

Su nombre, literalmente ‘trabajadores del petróleo’, da pistas sobre su identidad en la era soviética. Tras la independencia, ganó más que nadie en la flamante primera división, con al menos dos títulos en cada década desde 1992. Suya fue, de hecho, la primera liga del nuevo Estado azerbaiyano, un año antes de que el Qarabag estrenara su casillero.

El Neftçi, además, puede presumir de haber brillado en Europa antes de que el Qarabag se dejara ver en la Liga de Campeones. En la temporada 2012-13 alcanzó la fase de grupos de la Europa League, algo hasta entonces inédito en el país. Una experiencia corta pero que dejó un resultado memorable: el empate, 2-2, en el feudo del Inter de Milán.

Hace más de una década que Neftçi y Qarabag se reparten los campeonatos ligueros. Aunque sería más justo decir que es el Qarabag, que se ha ganado el apelativo de ‘Barcelona del Cáucaso’, quien lleva la batuta, mientras sus vecinos se resisten a entregar la cuchara. Desde 2013, los ‘Petroleros’ solo han terminado dos veces en lo más alto, y este último curso también han acabado cediendo. Con el torneo decidido, y 15 puntos de ventaja del Qarabag, no habrá nada en juego en el derbi de hoy, que cierra la campaña. Hace un año, sin embargo, el Neftçi sí que ganó el pulso, por lo que se aseguró seguir liderando el palmarés, con nueve ligas (las mismas que ahora tiene el Qarabag).

No sabemos cuándo se producirá el sorpaso, pero todavía es más complicado predecir si este se verá en Bakú o en Agdam. En septiembre de 2020, cuando Azerbaiyán vio la oportunidad de atacar y recuperar territorios perdidos en 1993, la ciudad fantasma volvió a ser suya. La localidad recibió entonces la visita del Qarabag, entre promesas de reconstrucción del Gobierno. Un guiño a un futuro en el que Bakú perdería un derbi, aunque por la misma razón por la que un día lo ganó: la sinrazón de la guerra. 

QARABAG-NEFTÇI

BAKÚ

40°22’00’’N 49°50’07’’E

Población (área metropolitana): 5.105.200 habitantes

País: Azerbaiyán

 Distancia entre estadios: 7,8 km: del Azersun Arena (aforo, 5.800) al Bakcell Arena (aforo, 11.000)

Hat-trick de consejos

CÓMO LLEGAR

Puedes llegar en avión saliendo desde Barcelona, Madrid o Valencia, pero no evitarás tener que hacer al menos una escala, probablemente en Estambul. En total, calcula más de siete horas de viaje. Azerbaiyán forma parte de la UEFA, pero nos cae bastante lejos.

QUÉ VISITAR

La Ciudad Vieja enmurallada, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, es de visita imprescindible. No dejes de admirar la antiquísima Torre de la Doncella, del siglo XI, ni olvides adentrarte en el Palacio de los Shirvansháhs, del siglo XV.

DÓNDE SALIR

Ciudad enfocada al turismo desde la época soviética, a los no iniciados les sorprenderá saber que Bakú tiene buena fama en lo que a vida nocturna se refiere (en el top 10, según Lonely Planet). Para comprobarlo, muévete alrededor de la Plaza de la Fuente.

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Hoy, 21.05.2022 (17:30 h)