El derbi más largo del mundo

El Rapid y el Austria se enfrentan de nuevo este domingo

Sus 333 entregas lo convierten en uno de los derbis más repetidos del mundo, y en el más prolongado

Llega el gran clásico de Viena

Llega el gran clásico de Viena / skrapid.at

Aitor Lagunas

Aitor Lagunas

Viena, la ciudad de la música, los cafés con tarta Sacher o el Danubio; la de Sigmund Freud, el imperio Austrohúngaro o el Anschluss al Tercer Reich; la de Sissi, emperatriz, El tercer hombre de Orson Welles, o el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica, es también una de las grandes capitales del fútbol.

En las orillas de su inmenso río germinó la pasión futbolera a finales del XIX y ahí sigue décadas después, a pesar de las transformaciones sociales y políticas que ha atravesado la metrópoli austriaca. Porque más allá de su monumentalidad y su belleza, Viena es una ciudad que nos susurra al oído la volatilidad de la historia: un día eres capital de un gran imperio y al día siguiente lo eres de una pequeña república, cuando una horrenda dictadura no te incorpora al país vecino. La actual Viena es una ciudad que parece más grande que la nación que encabeza, porque mientras la ciudad ha ido creciendo Austria, en cambio, fue menguando desde que en 1919 perdiera su rol como potencia centroeuropea.

Es aquella Austria-Hungría -una monarquía que abarcaba también la República Checa, Eslovaquia, buena parte de los Balcanes y el norte de Italia-, y no la actual República de Austria, del tamaño de Castilla-La Mancha, la que explica la majestuosidad de su metrópoli: la Ringstrasse, la Ópera o sus palacios de invierno y verano son construcciones de un imperio, el de los Habsburgo, que se desmoronaría tras la Primera Guerra Mundial.

Pero antes incluso que los acontecimientos históricos está la geografía. Viena es una ciudad en una llanura pero en las inmediaciones de una gran cordillera (los Alpes) y se levanta además en las orillas de un río navegable: condiciones que la convierten en punto de encuentro natural para millones de europeos. Viena es un abrigo para personas e ideas. Por eso allí brota el talento, ya sea musical, científico o futbolístico. En sus cafeterías se debatía hace un siglo sobre táctica, técnicas de entrenamiento o gestión de clubes, entre los cuales, ya desde el mismo inicio de la liga austriaca (1911), sobresalieron dos: el Rapid, fundado como el ‘primer club obrero de Viena’, y el Austria, con un elitista nombre en latín y surgido originalmente como equipo de críquet. Trabajadores contra burgueses: había nacido un derbi.

Mutua repulsión

Había muchos otros clubes en la ciudad, comenzando por el decano First Vienna FC. Se fundaron tantos, que en el primer campeonato austriaco solo compitieron conjuntos de la capital. Pero resulta que Rapid y Austria toman la delantera en el campo, y fuera de él su relevancia trasciende los límites del deporte. Surgidos en el mismo distrito, el Rapid se muda hacia el oeste mientras el Austria se asienta en el otro extremo, dejando muestras de su mutua repulsión incluso en el plano de la ciudad.

Sus estilos de juego también divergen: mientras el club obrero promueve el fútbol directo, cliché personificado en un tanque del área como Franz Bimber, en las gradas del Austria se aplaude la elaboración, que nadie encarna mejor que Matthias Sindelar, su delicado falso nueve.

Luego llegará la anexión nazi, vivida también de manera diversa en ambos clubes. El Austria sufre porque entre las capas adineradas se contaban muchísimas familias judías, que serán víctimas del Holocausto: varios de sus jugadores morirán durante la guerra o incluso antes, como el propio Sindelar. En cambio, el Rapid se adapta al nazismo hasta proclamarse campeón de Alemania en 1941, tras ganar 4-3 al Schalke en el Olímpico de Berlín.

Hoy Viena ya no está (tan) dividida entre burgueses y proletarios pero la rivalidad resiste.

El Rapid sigue contando con una raíz popular y domina los barrios del oeste, pero se ha extendido por todas las capas y zonas de la ciudad.

Por su parte, el Austria cuenta con el impulso de un nuevo accionista, el central del Real Madrid David Alaba. Sin embargo, ambas instituciones viven ahora a la sombra de Salzburgo y su franquicia de fútbol energético.

Lejos quedan los tiempos del duopolio vienés, como los once títulos de liga que se repartieron entre 1977 y 1988. De las últimas 15 campañas el Red Bull ha vencido en 12, dejando apenas un título para el Austria y otro para el Rapid.

A falta de tiempos mejores, en Viena se sigue celebrando su rivalidad como si de un trofeo se tratase: sus 333 entregas lo convierten en uno de los derbis más repetidos del mundo, y en el más prolongado. Dado que Austria y Rapid nunca han estado en segunda división, el derbi de Viena no ha cesado desde aquella tarde de 1911 en que chocaron por primera vez en el parque del Prater. 

RAPID-AUSTRIA

VIENA

48°12’N 16°22’E 

Población (área metropolitana)

2.600.000 habitantes

País

Austria

Distancia entre estadios

12 km (Allianz Stadion-Generali Arena)

Hat-trick de consejos

CÓMO LLEGAR 

Las low cost han convertido a Viena en un destino ideal para fines de semana y puentes -como el que atravesamos ahora-. Sin embargo, la COVID-19 ha obligado al Gobierno austriaco a cerrar sus fronteras al turismo hasta el 13 de diciembre.

QUÉ VISITAR

Recorre la Ringstrasse en tranvía, alquila una bici en el Prater, degusta un café con una porción de tarta Sacher, acude a la Ópera, pasea por el Palacio de Schönbrunn, admira la Biblioteca Nacional, sube a la torre de la Catedral... y no te estreses.

DÓNDE SALIR

La plaza del Ayuntamiento (Rathausplatz) acoge paradas gastronómicas, que durante el verano están amenizadas con ópera al aire libre. En invierno, en cambio, es momento del mercadillo de Navidad y su vino caliente: Glühwein, bitte!

PRÓXIMO PARTIDO

Domingo, 05.12.2021 (17:00 h)