Cuidado al pisar

Este fin de semana, en Edimburgo, volverá a ser importante vigilar dónde pisas

Hearts e Hibernian disputan uno de los clásicos más míticos de Escocia

Hearts e Hibernian disputan uno de los clásicos más míticos de Escocia / EFE

MARCEL BELTRAN

Hay un lugar en Edimburgo donde la ley permite que escupas en el suelo. Va en serio. Se encuentra en medio de la Royal Mile, la avenida más concurrida de la ciudad, que conecta el castillo con el Holyrood Palace, y no es extraño ver a turistas merodeándolo. Después de todo, los exotismos atraen a los curiosos. En este sitio, hace mucho tiempo, se levantaba la antigua cárcel del condado, donde además los vecinos acudían a pagar sus impuestos. Tan mal rollo generaba el edificio, que la gente cogió la costumbre de rociar con salivazos su fachada. Hoy, en esas coordenadas, ya no hay rastro del penal; quizá en un intento de dejar los malos recuerdos atrás, se extiende un bonito mosaico de adoquines. Su nombre es Heart of Midlothian, el mismo que el de uno de los principales clubes de la ciudad. El otro, su rival, se llama Hibernian. Y los aficionados de los dos conjuntos, cuando es día de derbi, ya sea por superstición o para faltar, dependiendo de los colores, se plantan sobre el mosaico y despiden sus escupitajos. Hay tradiciones que no mueren. Este fin de semana, en Edimburgo, volverá a ser importante vigilar dónde pisas.

Aunque los decibelios de este enfrentamiento escocés no sean tantos como los que retumban en Glasgow cuando se miden Celtic y Rangers, ‘Hearts’ y ‘Hibs’ pueden presumir de compartir una de las rivalidades más antiguas del mundo. Su primer episodio quedó registrado el día de Navidad de 1875, poco después de que se fundaran ambas entidades. El choque se disputó sobre una planicie del enorme parque The Meadows. Desde entonces, las refriegas no han cesado. Aunque el tirón del duelo no acaba ahí. Si algo se agradece de un derbi, si algo lo hace sobresalir, es que la igualdad no exista solo en el plano emocional; que también se refleje en el terreno de juego. El Hearts y el Hibernian comparten escalón competitivo. Aunque es el primero el que se impone en el historial de choques (143 victorias por 86 del archienemigo), los dos tienen los mismos títulos de liga en sus museos: cuatro. Además, ninguno ha conseguido ganar todos los derbis de una misma temporada desde la creación de la Scottish Premier Division en 1975 (ahora se juegan como mínimo cuatro por curso). Los ‘Hibs’ sacan pecho cuando recuerdan que la mayor goleada histórica la firmaron ellos (7-0); los ‘Hearts’ se resarcen rememorando que las dos finales de copa en las que se han cruzado cayeron de su lado. Y por si no había suficiente, el contexto sociocultural añade más gasolina al fuego.

Escocia contra el resto

Que el Hearts y el Hibernian no se soportan desde el primer día no es un decir; la rivalidad se remonta a sus nacimientos. Ya en los orígenes se abrió una brecha insalvable entre los dos clubes. El primero en echar a andar fue el Hearts, al que en un principio solo representaban escoceses. Al cabo de muy poco, sin embargo, los inmigrantes que trabajaban en Edimburgo se espabilaron para crear una organización en la que sí fueran aceptados. Así se cimentó el Hibernian, gracias al empeño de dos irlandeses (la palabra deriva de Hibernia, el nombre romano de Irlanda). Aunque los tiempos han cambiado y no se deba generalizar, los ‘Hibs’, con sede en el barrio norteño de Leith, siguen arrastrando la fama de ser más populares y humildes, una etiqueta en la que seguro que habrá tenido algo que ver el escritor Irvine Welsh, que coló a algunos seguidores del club en sus novelas de extrarradio. Sus adversarios, por su parte, son más exquisitos y acomodados, aunque en su memoria reciente todavía humean un par de crisis económicas que a punto estuvieron de hacerles quebrar.

Aunque un rival ciudadano puede ser también un compañero de penurias. Todo va de la mano. En la temporada 2013-14, se produjo un cataclismo que empujó a todos los hinchas de la urbe al mismo agujero. Los dos equipos acabaron en los dos últimos puestos de la tabla y fueron los únicos que bajaron a la segunda categoría. Al menos, ambos se ahorraron las burlas de sus vecinos una vez consumado el drama. Por suerte para Edimburgo, ya ha llovido bastante desde aquello. Hoy el Hibernian y el Hearts vuelven a tutearse donde merecen: en la cúspide del país. Pese a que los protagonistas del Old Firm ya se discuten el título a mucha distancia del resto, ambos se sitúan en la parte alta de la clasificación y mantienen alejado el fantasma del descenso. Por cierto, que se preparen las brigadas de limpieza de la Royal Mile. Porque después del partido de este sábado, la semana que viene regresará el derbi en una semifinal copera. Y con él, los correspondientes esputos sobre el mosaico.