Más cerca que lejos en Berlín

La historia del derbi berlinés entre el Herta y el Unión de Berlín

Lo que antes olía a partido fraternal, ahora va ganando cuerpo como derbi con todas las letras

El Union Berlin recibirá al Hertha el 20 de noviembre

El Union Berlin recibirá al Hertha el 20 de noviembre / EFE

Aitor Lagunas

Aitor Lagunas

En 1987 Wim Wenders dirigió El cielo sobre Berlín, una poética mirada sobre una ciudad que aún se resistía a convertirse en dos, a pesar de varias décadas de división. No sabía Wenders que apenas un par de años después caería el Muro, la República Democrática Alemana se integraría en Alemania Federal y la Guerra Fría quedaría relegada a los libros de historia y las pelis de espías. El cineasta germano rodaría en 1993 la secuela, ¡Tan lejos, tan cerca!, sobre las paradojas de dos ciudades, Berlín Oriental y Berlín Occidental, que se resistían a convertirse en una.

Sobre los muros figurados en las mentes y en los corazones de los berlineses se ha escrito mucho. Si ningún país sufrió tanto la división ideológica de los dos bloques vencedores de la Segunda Guerra Mundial como Alemania -precisamente la nación que la originó con su abyecto régimen nazi-, ninguna ciudad reflejó más encarnizadamente el enfrentamiento entre capitalismo y comunismo que su capital. En Berlín la Guerra Fría se llevó a su escala más pequeña, casi microscópica: alambradas que cortaban calles, casas con puertas en una orilla y ventanas a la otra (que hubo que tapiar), muros que seccionaban avenidas y líneas de metro cuyas paradas ‘en el otro lado’ acabaron convertidas en estaciones fantasma.

La vieja capital de Alemania dejó de serlo el 8 de mayo de 1945, con la capitulación nazi ante los Aliados. Cuando los soldados, en su mayoría niños y ancianos, depusieron las armas, sus calles estaban arrasadas. En un estado similar se encontraba su fútbol. El Hertha, fundado en 1892, era el dominador histórico de la ciudad. No en vano, en 1930 y 1931 se llegó a proclamar doble campeón germano: eran las últimas campañas antes de la toma del poder de Adolf Hitler, y Berlín apuraba el ambiente bohemio y transgresor de la República de Weimar. Pero tras la guerra, el sector occidental de la ciudad quedó englobado en la República Federal Alemana. Y el viejo estadio del Hertha quedó, por apenas unos metros, dentro de Berlín Occidental, esa isla de capitalismo rodeada por la RDA. Cuando en 1963 se cree la Bundesliga, la demografía y también la propaganda pasarán por encima del deporte para privilegiar la presencia de un club berlinés. Y ese será, casi siempre, el Hertha, exiliado desde el barrio de Gesundbrunnen al gélido Olympiastadion en busca de una grandeza imposible.

RIVALIDAD CRECIENTE

En el otro lado de la ciudad, tan lejos pero tan cerca, evolucionaron desde la construcción del Muro en 1961 varios clubes del llamado Berlín Oriental. El Dynamo contaba con el apoyo indisimulado de la Stasi, la policía política, y eso le ayudaría a ser el equipo más exitoso del país pero también el mas odiado: acumuló diez ediciones de la DDR-Oberliga, más que ningún otro club. El Vorwärts dependía del ejército, y eso también le permitió ganar lo suyo: seis títulos. En cambio, el modesto Union Berlín carecía de amigos en uniforme; abundaban los monos de trabajo de las acerías y las fábricas berlinesas. Quizá por eso no ganó ninguna liga, y apenas sumó una copa en 1968. No solo no contó con apoyos en las élites sino que durante los 80 se fue convirtiendo en un equipo rebelde, contrario al régimen. Cuando se enfrentaban al Dynamo, los hinchas del Union aprovechaban los lanzamientos de falta para gritar algo que en la RDA solo podía escuchar en un estadio: “Die Mauer muss weg!”, ‘el muro debe caer’, un doble sentido propio del idioma alemán, que a las barreras de jugadores les llama muros.

Pero el Muro, el que iba a durar “mil años” según un jerarca de la RDA, acabó cayendo en 1989. Y dos clubes que nunca se habían enfrentado lo celebraron en un amistoso. Hertha y Union saltaron juntos al Olympiastadion, forjando así una amistad ciudadana... que duró mientras compitieron en categorías diferentes. Porque si en 2009 el Union ascendió a la 2.Bundesliga, un año más tarde el Hertha descendió a ella: esos fueron los primeros derbis entre estos dos clubes, todavía bajo un aroma novedoso y simpático. El Hertha regresó pronto a primera y el Unión permaneció en segunda. Pero mientras el Hertha, el viejo club occidental, se entregaba a una pésima gestión y acababa en manos de un multimillonario, el Union, antiguo club oriental, crecía gracias a una afición entregada y una gestión ejemplar. Así se plantó en primera hace dos años. Y en sus dos temporadas en la élite siempre ha acabado por delante del Hertha. Lo que antes olía a partido fraternal, ahora va ganando cuerpo como derbi con todas las letras. El del oeste ya no mira con condescencia a su vecino del este. Al menos, no en el fútbol: las dos mitades de Berlín ya están mucho más cerca que lejos

Hat-trick de consejos

1 CÓMO LLEGAR

Berlín está conectada con vuelos muy económicos durante todo el año. Tras el cierre de los históricos Tempelhof y Tegel, y tras años de inagotables obras, ahora aterrizaréis en el moderno -y carísimo- aeropuerto Willy Brandt, en memoria del exalcalde berlinés.

2 QUÉ VISITAR

No podrás huir del omnipresente peso de la historia en la ciudad ni del de la ciudad en la historia. El Museo de la RDA, en la Alexanderplatz, reconstruye el ambiente en Alemania Oriental. Y al otro lado del río Spree está el enorme Deutsches Historisches Museum.

3 DÓNDE SALIR

Tampoco te será fácil escapar a la intensa oferta nocturna berlinesa. Las agradables temperaturas veraniegas invitan a tomar algo en el Club der Visionäre. En invierno, y para los que más aguanten, dos catedrales del techno de los 90: Berghain y Tresor.