De batir a ‘la máquina’ a dominar el césped

El belga Will Still, sin experiencia como jugador y sin el título de entrenador, revoluciona la liga francesa a sus 30 años

El Stade de Reims paga 25.000 euros de multa por cada partido que Will Still dirige sin la licencia UEFA Pro

Will Still, el entrenador del Reims

Will Still, el entrenador del Reims / Panenka

Adrià Soldevila

Adrià Soldevila

Tener el título de entrenador y una experiencia previa como futbolista en el terreno de juego no es absolutamente necesario para sentarse en un banquillo profesional, sacar de quicio al todopoderoso Paris Saint-Germain y llevarse un punto de su estadio. Así como lo leen. William Still es el entrenador del Stade de Reims. Tiene 30 años, ningún partido como jugador –ni siquiera semiprofesional– a sus espaldas y tampoco dispone de la licencia UEFA para dirigir encuentros en la élite. Lleva cinco meses al frente del equipo y ya es la sensación de la Ligue 1, con el conjunto del Marne en la parte alta de la tabla y a tan solo cuatro puntos de la zona que da acceso a competiciones europeas. En edad todavía de futbolista, Still vive en una nube desde que el presidente Jean-Pierre Caillot le llamó para convertirse en el ayudante de Òscar Garcia Junyent en verano de 2021, el primer paso para acabar convirtiéndose en el primer entrenador en octubre de 2022, cuando el catalán fue despedido.

Will Still ha tenido una carrera casi surrealista en los banquillos de fútbol. De niño quería ser jugador –como muchos de nosotros hasta que nos topamos con la realidad–. También como la mayoría, enseguida se percató de que no tenía nivel suficiente para llegar a ser profesional. Sin embargo, no perdió la esperanza de algún día poder dedicarse plenamente al fútbol. Siendo todavía menor de edad, decidió emprender un camino que lo ha llevado a dirigir al octavo clasificado de la liga francesa. Still es inglés, pero nació y creció en Bélgica. Allí, en Sint-Truiden, fue donde empezó todo. Tras su Erasmus universitario en Inglaterra, donde se formaría en la academia del Preston North-End, llamó a la puerta del Sint-Truiden. Había jugado en sus categorías inferiores y conocía el club, así que podía ser una buena manera de iniciar su trayectoria en un cuerpo técnico. De entrada, no le quisieron, pero prácticamente por pesado le acabaron dando una función: grabar, cortar y hacer resúmenes de vídeos de los rivales. Y gratis, sin cobrar un euro. No rechistó. Lo hizo sin pestañear y a las pocas semanas ya se había convertido en asistente del primer entrenador, Yannick Ferrera, con el que estuvo tres años hasta que el Lierse SK le llamó para ejercer de segundo entrenador en la segunda división belga. Y de la misma manera que le pasaría en Reims años después, en Lierse tuvo que hacerse cargo del primer equipo tras la destitución del entrenador principal. Y aunque duró 60 días, el máximo permitido en Bélgica para entrenar en categoría profesional sin licencia UEFA, fue su primera experiencia, con tan solo 25 años. De allí, al Beerschot, donde sucedería exactamente lo mismo. Y del Beerschot, definitivamente al Stade de Reims.

“Ser ayudante de Òscar fue increíble. Después de media temporada, tuve que volver a Bélgica para completar mi formación de entrenador. Una vez terminada, el Reims me pidió que regresara. Entonces sucedió lo impensable”, escribió Still en The Coaches’ Voice. Òscar Garcia fue destituido en octubre de 2022 y la propiedad decidió colocar al belga-inglés en el banquillo, como interino hasta el Mundial de Catar, para así ganar tiempo y buscar a un nuevo entrenador. Pero el Stade de Reims empezó a ser otro equipo. Con Òscar habían ganado un partido de nueve y estaban en zona de descenso. Con Still sumaron diez puntos en seis jornadas, incluyendo un empate ante el PSG en su primer partido como técnico. “No hay momentos más alucinantemente dramáticos que ese: pasar por delante de Mbappé, Verratti, Donnarumma, Marquinhos, Ramos, Danilo y el resto de sus jugadores en el túnel. Una locura. Pero no me malinterpreten. No sólo estaba asombrado. Había tenido una semana muy estresante antes del partido. Mi pensamiento principal era: ‘Sólo espero que no nos aplasten por 6-0’”. Siempre cabía esa posibilidad contra un equipo como el PSG. Luego, a medida que se acercaba el partido, empecé a relajarme”, reconoció Still meses más tarde. Empataron a cero. Llegó el Mundial y ya no estaba tan claro que el Reims tuviera que buscar a un sustituto, así que le dieron las riendas a un novato que acababa de cumplir 30 años y que no tenía ni el título para entrenar en la máxima categoría del fútbol francés.

Más de medio millón de multa

Pero este período le está costando un buen pico al conjunto marnés. Concretamente, 25.000 euros por cada partido que Still dirige sin la licencia UEFA ProLigue 1

Nagelsmann también se convirtió en entrenador a una edad inusual. El jefe del banquillo del Bayern de Múnich, sin embargo, sí pudo haber sido futbolista si no hubiera sido por una inoportuna y grave lesión de rodilla. A los 20 años, y siendo jugador del filial del Augsburgo (por entonces entrenado por Thomas Tuchel), se rompió el menisco dañando casi definitivamente el cartílago. Tuvo que dejarlo. Pero no se hundió y levantó la cabeza para entrenar en las categorías inferiores del Hoffenheim. En seis años ya estaba comandando al primer equipo, convertido en el entrenador más joven de la historia de la Bundesliga, con 28 años. El resto ya es conocido. Durante dos temporadas hizo un trabajo notable en el Red Bull Leipzig y desde la temporada 2021-22 dirige al todopoderoso Bayern, con el que ya ha levantado una liga y va camino de conseguir la segunda.

El Football Manager

Pero volviendo a Will Still, su historia no se explica únicamente por su edad o por la licencia UEFA Pro que todavía no tiene. Parte de culpa de su formación la tiene un ordenador. Concretamente, un videojuego de ordenador al que muchos de los lectores de este artículo habrán dedicado bastantes horas. Nunca lo ha ocultado: el Football Manager forma parte de la vida personal y profesional de Still. “Nunca había pensado que un videojuego como el Football Manager hubiera podido influir en mi carrera en la vida real, pero ahora que lo pienso, está bastante claro. Me obsesioné con el juego de niño, y probablemente encendió en mí el fuego que tengo ahora como entrenador”, escribió en The Coaches’ Voice. “Nos dedicábamos a crear una plantilla, elegir un equipo, organizar los entrenamientos, asegurarnos de que el equipo iba en la dirección correcta... todos los detalles. No había nada mejor que eso, aunque fuera virtual”, añadió. Y de la pantalla a pisar el césped de los mejores estadios de Francia con la treintena recién cumplida. Una historia única.