Crisis migratoria

Gara Barroso: "Los migrantes llegan emocionalmente embotados"

Gara Barroso Nieto, psicóloga de Atención Humanitaria a Inmigrantes de Cruz Roja Española Las Palmas.

Gara Barroso Nieto, psicóloga de Atención Humanitaria a Inmigrantes de Cruz Roja Española Las Palmas. / JOSÉ CARLOS GUERRA MANSITO

Isabel Durán

La psicóloga Gara Barroso (San Cristóbal de La Laguna, 1985) forma parte del servicio de atención humanitaria a inmigrantes de Cruz Roja Española Las Palmas, donde trabaja para que los migrantes logren una estabilidad emocional que les permita tomar las mejores decisiones para su futuro.

¿Qué efectos tiene sobre la salud mental el proceso migratorio?

Nosotros siempre analizamos tres escenarios. Por un lado, el sufrimiento que viven los migrantes en su país de origen y que, en la mayoría de las ocasiones, es lo que motiva su huida; por otro, lo que les sucede durante la ruta hasta la costa y la travesía por mar; más lo que les puede ocurrir durante su estancia aquí. Después de pasar por todos estos escenarios, los

migrantes

desarrollan un potente mecanismo de indefensión y aprenden a comportarse pasivamente, como si no tuvieran capacidad de controlar lo que les ocurre. Además, vemos muchos casos de trastorno de estrés agudo y postraumático con una sintomatología muy amplia. Después de vivir sucesos traumáticos, los migrantes llegan embotados emocionalmente, tienen desapego, ausencia de reactividad emocional, están aturdidos, tienen sensación de que lo que les pasa no es real, padecen amnesia disociativa, tienen flashbacks y están en hipervigilancia. 

¿Cómo afectan todos estos síntomas a su vida?

Suponen una limitación para su estancia aquí, especialmente porque cuando llegan se enfrentan a un proceso de toma de decisiones muy complejo. Tienen que decidir si solicitan protección internacional o no, deben valorar las vías de regularización que se les ofrece, determinar qué hacer con los familiares que se quedaron en sus países de origen y optar por seguir su camino o solicitar un retorno voluntario. La sintomatología del estrés agudo supone un escollo en esta toma de decisiones.

¿Es fácil lograr que los migrantes se abran a los profesionales después de vivir situaciones traumáticas?

No suele ser difícil que se abran, porque para muchos es la primera vez que alguien tiene tiempo para pararse a escucharles. Los compañeros del servicio de costas escuchan relatos muy crudos de personas que, nada más llegar, verbalizan las razones por las que han decidido venir y relatan lo que han vivido en la embarcación. Sin embargo, la resistencia a la hora de abrirse llega cuando se les invita a profundizar en ella durante una intervención. Esto se debe, en parte, a que están muy anclados a teorías como la religiosidad y aluden a la voluntad de Dios para no pararse a reflexionar sobre temas dolorosos.

"Desarrollan un mecanismo de indefensión, como si no tuvieran control sobre lo que les ocurre"

¿Qué apoyo psicológico brinda Cruz Roja a los migrantes en los muelles?

Nada más llegar atendemos los casos especiales que se han expuestos a situaciones especialmente traumatizantes. Por ejemplo, los supervivientes de naufragios, los polizones que llegaron en la hélice de un barco, familias que se dividieron en dos pateras y una nunca llegó a tierra, mujeres que han perdido a sus hijos durante la travesía o que han sufrido violaciones... A estas personas se les brindan unos primeros auxilios psicológicos de emergencia desde que ponen un pie en tierra y todos los miembros del equipo de Cruz Roja están preparados para prestarlos. Gracias a estas rápidas intervenciones se logra paliar el impacto del drama que han sufrido.

¿En qué consisten las intervenciones de los psicólogos en los Centros de Atención Temporal de Extranjeros?

Durante la estancia de los migrantes en los centros se trabaja para detectar vulnerabilidades a través de los servicios de mediación social, los abogados o los trabajadores sociales. En estos casos, ofrecemos una atención psicológica estándar, con unos objetivos, una evaluación y un seguimiento. En estas sesiones, localizamos casos de mutilación genital femenina, matrimonios forzados, violencia de género o agresiones por cuestiones de identidad sexual. Además, detectamos a las víctimas trata, a través de determinados indicadores como los países por los que han pasado en su ruta hasta Canarias o si refieren que no han tenido que pagar nada para subir a la patera. En estos casos trabajamos mucho con el empoderamiento de las personas y los formamos para que sepan identificar los riesgos de la trata, porque están en una situación de extrema vulnerabilidad. Hacemos mucho hincapié en no patologizar al migrante, porque el hecho de ser migrante no supone que tengan una patología de salud mental. Atendemos al 100% de las personas que llegan a los centros. Se les explica en qué consiste nuestra profesión y cómo les podemos ayudar. Todos reciben, al menos, una sesión grupal y más de la mitad vuelve, derivados de otros servicios.

¿La salud mental es algo secundario en la atención a los migrantes?

Son muy pocos los que solicitan apoyo emocional voluntariamente, aunque hay quienes sí lo hacen. En algunos casos, la religiosidad es positiva desde el punto de vista terapéutico, porque ayuda a evitar la rumiación mental y el sentimiento de culpa. Sin embargo, cuando se trata del empoderamiento, la toma de decisiones o la resolución de problemas, esa religiosidad tan arraigada nos pone muchas dificultades. Por ejemplo, hay personas que reciben ofertas de trabajo para ejercer la prostitución o empleos que les coartan las libertad de movimientos y lo atribuyen a la voluntad de Dios, como si no tuvieran capacidad de decisión.

"Para muchos, es la primera vez que alguien tiene tiempo para pararse a escucharles"

¿Qué herramientas se les facilitan para empujarles a superar los traumas?

Trabajamos con técnicas como la parada de pensamiento, que consiste en detener los pensamientos negativos que generan malestar emocional, para sustituirlos por otros más positivos. Además, les animamos a hacer un listado de sus pensamientos y promovemos que los sustituyan por otro alternativos. Les ayudamos a generar una buena red de apoyo emocional, con familiares y amigos, para abrir un frente de comunicación con ellos y poder compartir lo que les ocurre. Les enfocamos también en los beneficios de la expresión emocional, para poder luchar contra la indefensión aprendida. Por otro lado, como les brindamos una atención integral en coordinación con los otros servicios, logramos que su estado de ánimo mejore, porque su situación objetiva mejora cuando se les trata desde el punto de vista sanitario y dan pasos adelante para arreglar su situación administrativa.

¿Cómo son las intervenciones con las familias que llegan acompañadas de menores?

Trabajamos con la figura adulta y el menor se beneficia de manera indirecta. Nos enfocamos en el desarrollo del apego seguro y fomentamos las muestras de cariño, que no están acostumbrados a aflorar. Una actividad como que las madres den un masaje a sus hijos mientras dicen las cosas que les gustan de ellos es altamente compleja, porque no son capaces de verbalizar sus sentimientos por una falta de experiencia.

¿Cuenta Cruz Roja con los medios necesarios para ofrecer atención psicológica a los migrantes?

El servicio ha ido creciendo desde el pico de llegadas de 2020. Desde ese momento, en el que se entendió que esta situación va para largo, se ha ido ajustando el personal según los niveles de las llegadas. El ratio de psicólogos siempre es inferior al de otras profesiones como abogados o trabajadores sociales, pero es suficiente para cubrir las necesidades y garantizar el bienestar emocional de los usuarios. Donde sí encontramos limitaciones es a la hora de derivar a pacientes al servicio de salud mental del Servicio Canario de la Salud (SCS), en concreto a Psiquiatría, porque tardan en dar cita y los profesionales no cuentan con una adaptación cultural a la enfermedad y los sobremedican o sobrepatologizan.

Suscríbete para seguir leyendo