Legislación

¿Por qué no entendemos el etiquetado nutricional de los productos?

La falta de consenso entre los Estados miembros de la Unión Europea ha llevado a que cada país adopte un logotipo distinto a excepción de los países que han implementado de forma voluntaria el Nutriscore

Etiquetado nutricional Nutriscore.

Etiquetado nutricional Nutriscore. / Shutterstock

Dounia Sbai

La

inflación ha obligado a los hogares a modificar sus hábitos alimentarios. Según

una encuesta de la OCU

, las dificultades económicas han propiciado que los españoles hayan reducido el consumo de productos frescos como la carne y el pescado (32%), pero también las frutas y verduras (18%).

Tanto es así que hay una tendencia que se ha hecho viral en las redes sociales

: comprar con 50 euros una cesta equilibrada, ver cuántos productos se pueden adquirir y si son de alta o baja calidad. Y, aunque parezca fácil, lo cierto es que en los últimos tiempos es muy difícil lograrlo: es incluso más sencillo copiar alguno de los bailes de los 'tiktokers' más conocidos. Pero eso no quiere decir que los consumidores dejen de preocuparse por lo que comen.

Los datos avalan esta creencia. Un estudio del Ministerio de Agricultura

destaca que 7 de cada 10 consumidores consulta el etiquetado de los productos siempre o casi siempre, aunque se aprecian diferencias dependiendo de la edad de los consumidores, siendo los mayores de 55 años los que menos leen el etiquetado. Los aspectos más importantes para el consumidor son: fecha de caducidad o consumo preferente, lista de ingredientes y condiciones de conservación y utilización.

En cuanto a las manías, la mayoría prefiere que el etiquetado refleje el listado de ingredientes completo para saber qué come. En total, 9 de cada 10 consumidores se decanta por conocer los valores nutricional al completo. De hecho, 3 de cada 10 deja de comprar algún alimento por tener algún ingrediente que no le guste.

El caso de Nutriscore

Nutriscore

. Esta ilustración presente en algunos productos es una herramienta de política de salud pública para promover dietas saludables. Los primeros etiquetados frontales fueron creados en 1989 en los países nórdicos bajo el nombre de Keyhole y a partir de entonces empezaron a surgir nuevos conceptos para intentar explicar los valores nutricionales a los consumidores, aunque el más conocido a nivel mundial es el Healthy Choice.

Más tarde,

España

se sumó a seis países europeos, Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza, para implementar el Nutriscore de forma voluntaria -porque no hay un real decreto aprobado sobre el tema- para que hubiera un mecanismo de coordinación transnacional y así facilitar el uso de un etiquetado común. El logotipo consiste en cinco colores (de verde oscuro a naranja oscuro) asociados a cinco letras (de la A a la E) que describen cinco niveles de calidad nutricional. La clasificación en una u otra categoría se realiza mediante el cálculo de una puntuación global relativa al contenido de nutrientes en 100 g de producto: los considerados "menos favorables" desde el punto de vista nutricional (calorías, azúcares, ácidos grasos saturados y sodio) y los "más favorables" (proteínas, fibra alimentaria y porcentaje de frutas, hortalizas, legumbres, frutos secos y aceites de oliva, colza y nuez).  

El debate en la Unión Europea

Pero en el seno de la

Unión Europea (UE) existe un debate legal sobre la información alimentaria que se debe facilitar

al consumidor

: "El Nutriscore no tiene en cuenta el compuesto antioxidante del aceite de oliva y da la misma valoración al aceite de oliva virgen extra que a un aceite refinado vegetal que lo único que tendría sería el valor de los ácidos grasos", comenta Rafael Urrialde, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ) y doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid. Y es que el Nutriscore no evalúa dentro de la dieta global las vitaminas, los minerales o los ácidos grasos esenciales: "El Nutriscore tiene deficiencias que perjudican de manera clara el aceite de oliva virgen y el aceite de oliva virgen extra. Es sorprendente que el aceite de oliva virgen extra obtenga la misma puntuación que el aceite refinado cuando estamos hablando de calidad nutricional e indiscutiblemente hay que tener todos los parámetros en cuenta", enfatiza Rafael Urrialde.

El portavoz de la Comisión Europea de Salud, Seguridad Alimentaria y Transporte, Stefan De Keersmaecker, explica que en consonancia con la estrategia

De la Granja a la Mesa

y el

Plan Europeo de lucha contra el cáncer

están trabajando en la revisión del reglamento sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. "Como en todas las propuestas legislativas, se está preparando una evaluación de impacto. Se basa en pruebas científicas aportadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Centro Común de Investigación, consultas con ciudadanos, partes interesadas y encuestas específicas a Estados miembros, empresas, PYME y organizaciones de consumidores y de salud", dice el portavoz de la UE.

Actualmente existen seis tipos de etiquetado en la Unión Europea: la barra de colores y letras del Nutriscore, el logo de herradura, el sello de elección saludable, el símbolo del corazón, las baterías del NutrInform Battery y el semáforo. Según los datos de la Región Europea de la

OMS

sobre salud alimentaria, los gobiernos de 15 países han respaldado una política de FOPL (del inglés Front-Of-Pack-Labelling) interpretativa y en 13 de ellos se ha adoptado un logotipo.

La importancia del logotipo

"Nuestra ambición es capacitar a los consumidores para que tomen decisiones alimentarias informadas, saludables y sostenibles", argumenta el portavoz de la UE en materia alimentaria. Desde

Bruselas

aún no se han pronunciado y lo harán en el último semestre de este año. "No se tienen que crear sistemas paralelos porque quien tiene que aprobar las alegaciones de salud, la información nutricional y los parámetros que tiene que tener el etiquetado es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)", recalca Rafael Urrialde. Este organismo europeo está formado por más de 9.000 científicos y son los que dan su visto bueno en cualquier tema relacionado con la seguridad alimentaria comunitaria. Posteriormente es el Parlamento quien lleva la regularización para la autorización y publicación en el Diario Oficial de la UE. La crisis por la falta del cuidado de los alimentos en los años 90 llevó a crear la EFSA para conseguir un criterio científico riguroso respecto a lo que comen los consumidores.

El etiquetado de los octógonos en Latinoamérica

, apoyado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se originó en Chile y ya hay más de 10 países de la región que han adoptado la misma medida. Los octógonos, de color negro, son etiquetados asépticos porque pone el relieve exclusivamente en los productos con alto contenido de sodio, azúcar, sal, grasas, grasas saturadas y grasas trans.

Logotipo de etiquetado nutricional en Latinoamérica. Fuente: Ministerio de Sanidad de Chile.

Los consumidores cuando ven que un producto de Nutriscore lleva la etiqueta verde (A y B) lo añaden a su dieta a grandes cantidades y por el contrario los alimentos en rojo (E) los evita y esto hace que los nutrientes de los alimentos no tengan ningún impacto en la salud. Por eso es importante mejorar la educación nutricional de los usuarios sobre dietas saludables y sostenibles mediante campañas informativas: "Porque lo más importante ya no es solo el producto, sino la cantidad y la frecuencia de consumición", enfatiza Rafael Urrialde.