26 vehículos por hora en el estadio

Un camión cada dos minutos: las obras del Camp Nou y la L9 ponen a prueba el tráfico en Barcelona

Un camión cada dos minutos: las obras del Camp Nou y la L9 ponen a prueba el tráfico en Barcelona.

Un camión cada dos minutos: las obras del Camp Nou y la L9 ponen a prueba el tráfico en Barcelona. / Manu Mitru

Jordi Ribalaygue

El Camp Nou ya ha empezado a ser tomado por los trabajadores y la maquinaria que lo derruirán para rehacerlo de arriba a abajo. La reconstrucción del estadio y la reforma de los aledaños para crear el Espai Barça conforman un proyecto colosal valorado en unos 1.450 millones de euros, unas proporciones gigantescas que se reflejan también en el trajín de camiones que ha comenzado a transitar el distrito de Les Corts. La remodelación trae consigo un trasiego casi constante: se calcula que un tráiler accede o parte del coliseo azulgrana cada poco más de dos minutos de media. 

El Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Barça manejan unas estimaciones que plasman que, de imprimirse velocidad de crucero a las obras, cerca de medio millar de camiones pueden llegar a circular por los alrededores del Camp Nou cada día. La cifra suma la cantidad más elevada prevista de vehículos que presten servicio en la puesta al día del recinto deportivo y el vaivén más alto que se concibe para asistir a los operarios de la perforación del túnel de las líneas 9 y 10 de metro, con un gran pozo abierto desde hace más de una década cerca del templo barcelonista. 

El consistorio, el Departament de Territori y el club convocaron a los vecinos a finales de mayo. Los datos que mostraron en la reunión revelan que 26 camiones se dirigirán cada hora en dirección de entrada o salida al campo de fútbol. No obstante, la junta directiva presidida por Joan Laporta matiza que el flujo “variará a lo largo del día”. El Barça ha esquivado responder a EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, cuál será la horquilla entre el número máximo y el mínimo de tráileres por hora que se sucederán a lo largo de la jornada. En todo caso, cuenta con que el tráfico rodado se produzca entre 08.00 y 20.00 horas y de lunes a viernes, ciñéndose a lo que disponen las ordenanzas municipales. 

Aparte, las excavaciones de la L9 y la L10 en la zona pueden comportar que se trasladen 15 tráileres cada 60 minutos entre las 05.00 y las 14.00 horas (uno cada cuatro minutos de promedio), así como siete por hora de 14.00 a 23.00 (uno cada siete minutos y medio). Territori puntualiza que se trata de un escenario hipotético, que se alcanzaría en el supuesto de que la tuneladora adquiera la capacidad máxima de extracción. "El flujo de camiones va aumentando o disminuyendo en función de ese ritmo", indica. Ahora se contabilizan unos seis camiones por hora en los días que la tuneladora está operativa.

A su vez, acuden 30 camiones a lo largo del día para transportar dovelas a la ampliación del metro. La 'conselleria' vaticina que el ajetreo tenaz de vehículos se mantenga hasta el primer semestre de 2025, cuando debería haberse acabado de agujerear el túnel hasta la plaza Lesseps.  

Si bien se cuenta con que vuelvan a disputarse partidos a partir de finales de 2024, los trabajos en el Camp Nou se alargarán hasta bien avanzado 2026. Durante los más de tres años que se dedicarán a remozar las instalaciones, el Barça pronostica que el mayor número de tráileres que se cruzarán de ida y vuelta al recinto deportivo se dará desde este mes y hasta mediados de diciembre. Contando el tráfico generado por la rehabilitación del estadio y el que se asocia a la extensión de la L9 y L10, se extrae que 32 camiones se cruzarán en las horas en que una obra y otra tomen un ritmo álgido en los próximos días.

Desasosiego vecinal

La intensa frecuencia de paso inquieta a las asociaciones vecinales consultadas. Temen que dificulte la circulación en el barrio de La Maternitat i Sant Ramon, con más de 23.000 habitantes, aparte de albergar un gran número de oficinas facultades.

“¿Es normal todo ese trasiego de camiones dentro de un barrio? Es una cantidad bestial”, opina la presidenta de la Asociación de Vecinos del Camp Nou, Anna Ramon, que recela de los atascos que predice: “Ya tenemos un embudo. ¿Por dónde pasará el tráfico que ahora tenemos en Les Corts? Y si no paran de venir más y más camiones que tendrán que abrirse para maniobrar y entrar, ¿no tendremos un disgusto con una moto, una bicicleta o un patinete?”. 

“Será un impacto horroroso. Un camión cada dos minutos es una barbaridad. Colapsará el acceso a las universidades y al Club de Polo, que tiene 11.000 socios”, deduce Marta de Prats, presidenta de la Asociación de Vecinos de la avenida Xile. Aparte, ve un agravio en el contraste entre la habitual profusión de autobuses en las proximidades del Camp Nou en los prolegómenos de los encuentros y el plan de movilidad trazado para los días que el Barça juegue de local en Montjuïc, que fleta buses lanzadera y limita los vehículos privados que autoriza a acceder a las inmediaciones del Estadi Olímpic a poco más de un millar.

“Nos preocupa que el derribo del campo coincida con las obras del metro”, agrega la presidenta de la Coordinadora de Entidades de Les Corts, Adela Agelet. Las organizaciones vecinales han pedido una nueva reunión con el Ayuntamiento para abordar con detalle cómo se piensa evitar que las vías del distrito se saturen. “Un camión cada pocos minutos será una interferencia. El papel lo aguanta todo, pero otra cosa es la realidad de los vecinos que deberán entrar y salir de sus casas”, advierte Agelet.   

Mensaje de tranquilidad

El gobierno en funciones de la ciudad rebaja las posibles afectaciones. Afirma que los trabajos “no tendrán ningún tipo de incidencia hasta agosto”. 

“Tenemos preparadas alternativas de movilidad en función de las frecuencias que se den. Según cómo evolucionen, se podrán modificar”, alega el Ayuntamiento. Los eventuales cambios se tomarán de acuerdo a cómo repercutan las obras sobre el tráfico en junio y julio, “los meses con menos impacto”, augura el consistorio. Destaca que la empresa elegida por el Barça, Limak, ha planificado regular las salidas de vehículos por diferentes puertas del complejo azulgrana para que “los flujos se distribuyan”. 

El Barça señala que ha presentado propuestas de movilidad al comité de obras del Ayuntamiento para que haya “el mínimo de afectaciones a la vecindad y la movilidad”. En cualquier caso, añade que el trajín “se reducirá sustancialmente” hacia finales de año, “cuando se hayan acabado las demoliciones y el movimiento de tierras”, precisa.

Los espectadores no regresarán al Camp Nou al menos hasta noviembre de 2024. En todo caso, el movimiento vecinal reclama hallar remedios que palíen los embotellamientos y los actos incívicos previos a los partidos -recalcan las molestias por las bengalas que se encienden bajo las viviendas de los jardines de Bacardí- sin esperar a que los azulgrana vuelvan de Montjuïc.