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El buceo registra un "boom" tras el fin de las restricciones

Las escuelas señalan que la temporada está siendo buena y que muchas personas se animan a iniciarse en la actividad | Los turistas de Madrid, los más habituales en Alicante, Elche o Santa Pola

Las escuelas de buceo en Alicante son un "boom" tras la pandemia.

Las escuelas de buceo en Alicante son un "boom" tras la pandemia. / Pilar Cortés

Alberto Losa

El buceo está siendo un "boom" este verano en

Alicante

. El fin de las restricciones tras la pandemia y la llegada de

turistas

ha permitido a las más de 15 escuelas de buceo que hay en la provincia gozar de una buena temporada, principalmente introduciendo a novatos en la actividad, en lo que se llama el "bautizo" que, según aseguran estas empresas, es lo que mejor funciona.

La temporada, señalan, está siendo buena en toda la provincia. En parte, gracias al fin de las restricciones por la

pandemia

: "La temporada del año 2022 está siendo la primera buena, o normal. Tras las restricciones ha habido una eclosión, como está pasando en los negocios de este estilo. Es el primer verano sin restricciones y sin mascarillas y se ha notado un montón", señala Rafa Suárez, del centro de buceo La Sal. Manu García, del centro de buceo Altair, habla de que el año está siendo un "boom" respecto a los anteriores.

Alfonso Micó es instructor en Cota Cero, una empresa que gestiona su hijo, indica. El año está siendo bueno, y el fin de la pandemia, apunta, ha animado a muchas personas a lanzarse a hacer una actividad que tenían pendiente: "Después de la pandemia hemos salido todos con muchas ganas y el buceo es una de las actividades en las que estamos notando que la gente tiene ganas". Micó indica que se suman varios factores: "Hemos salido del confinamiento, estamos dando más valor a nuestro tiempo libre y mucha gente lo había dejado en un 'ya probaré' y ahora han dicho 'uy, no, lo tengo que hacer ya'. Esta siendo una temporada de afluencia importante de gente con ganas de empezar".

Un instructor da indicaciones a varios turistas.

Un instructor da indicaciones a varios turistas. / Pilar Cortés

La actividad más demandada, señalan las escuelas, es el "bautizo", una clase de iniciación para quienes nunca han hecho buceo antes: "Es lo que mejor está funcionando, hay gente que quiere probar y experimentar lo que es el buceo", indica Manu García. Rafa Suárez, de La Sal, comparte esta sensación e indica que la demanda está siendo bastante alta. Alfonso Micó, de la empresa Cota Cero, señala que los bautizos son lo que mejor funcionan, pero que también hay un pequeño porcentaje de personas que se queda.

Sin embargo, los instructores indican que, aunque la mayoría de clientes se ciñen al mencionado bautizo, hay personas que se "enganchan" y se quedan el resto del año. Micó indica que el buceo "no es algo que te pueda gustar un poco", ya que "o te da miedo y no te atreves o te engancha para siempre". Las razones, indica, son diversas: "Es una actividad en la que te mueves y te relacionas con mucha gente. Además, no existe la competitividad, solo el compañerismo y todo el mundo se ayuda. Además, se aprende de física, biología y de la propia naturaleza, que es muy enriquecedora. Te mueves en un entorno natural en 3D".

El nicho de clientes al que le gusta la actividad y son de la provincia sigue después con otros cursos: "Mucha gente se queda y va haciendo el de buceador avanzado, el de rescate y algunos llegan incluso a monitor", indica Micó.

Los clientes llegan por dos vías: la digital y el boca a boca: "Los clientes dejan muy buenas reseñas en Google", señala Suárez. El responsable de Altair está de acuerdo: "La gente nos encuentra por la web o por comentarios de la gente". Alfonso Micó, de la empresa Cota Cero, va más alla: "Hoy en día el tipo de cliente que tienes va mucho en función del nicho que tienes en redes sociales, ya no hay letreros luminosos. Nosotros captamos a mucha gente de la provincia y de Madrid. En ciudades que son más propensas al turismo internacional como Torrevieja o Benidorm captan más a clientes internacionales".

Un instructor prepara el equipo a un buceador novato.

Un instructor prepara el equipo a un buceador novato. / Pilar Cortés

Además, señalan desde La Sal, el cliente nacional es más propenso a volver y seguir haciendo otros cursos que el internacional: "Acabo de terminar un bautizo con 13 franceses pero, claro, estos no vuelven". Sin embargo, indican, en las ciudades grandes como Alicante, Elche o Santa Pola suelen tener más clientes españoles: "La clave es el turismo nacional. Los turistas de Madrid, Albacete y Murcia son los que más abundan", indica Rafa Suárez. Algo que también indica Micó: "Captamos sobre todo a clientes de Alicante y de Madrid".

El precio de una actividad de iniciación se sitúa entre los 50 y 60 euros por cerca de tres horas del mencionado bautismo. Un curso de buceador se va a los 370. Los precios, indica Micó, no han cambiado en los últimos veinte años porque existen varias empresas que ofrecen este servicio y actúan como competencia, que además considera sana. Sin embargo, apuntan desde varias de estas escuelas, no se tiene en cuenta todo el trabajo que hay detrás de cada actividad.

Varias de las empresas que ofrecen este servicio critican, además, la excesiva legislación que hay detrás de cada uno de estos cursos: "La temporada ha funcionado porque tenemos unas ganas enormes, pero no por las facilidades o porque Alicante sea especialmente bueno para el buceo. La bahía se la cargaron con los arrastreros y las autoridades no nos dejan meter nada, ni un barco de madera totalmente limpio y que esté certificado", indica Rafa Suárez.

Suárez señala que la abundante legislación tampoco les permite montar arrecifes artificiales: "Hicimos una prueba con un pequeño bloque de hormigón y los pulpos y calamares lo usaron para criar. Los arrecifes artificiales generan un montón de vida y son interesantes para el buceo. Pero nada, hay cero apoyo. No hay mentalidad por parte de las autoridades de apoyar el turismo de buceo o submarinismo. En Murcia hay centros espectaculares porque les apoyan".

Micó añade, además, que el buceo es una actividad recreativa y con mucha seguridad, pero que pese a ello es "la más regulada a nivel legal con diferencia, por encima incluso del vuelo libre". El instructor de Cota Cero indica que hay muchas restricciones por parte de las autoridades: "Estamos sometidos a una cantidad de leyes brutal. Además, si una persona sufre un infarto no nos enteramos, pero si el infarto le da mientras hace buceo salimos en primera página. Sufrimos un aura de buzos y hombres rana. Y, además, la administración nos putea. Mañana puedes ir a escalar el Peñón de Ifach y no pasa nada, pese a que los rescates de montaña son costosos para la administración, pero para bucear una escuela tiene que hacer un montón de papeleo".

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Calp y Cala Palmera, las mejores ubicacionesTanto Calp como Cala Palmera son los lugares que registran mayor actividad de buceo. Alfonso Micó, instructor en Cota Cero, explica que se debe a la protección que ofrecen del viento de levante.

"En verano es el viento que más afecta y buscamos zonas protegidas del levante. El peñón de Calp es enorme, y la cala Palmera, en el Cabo de las Huertas, es también muy frecuentada".

Elegir una u otra, señala, depende de la intensidad del viento: "Si el Cabo de las Huertas no nos protege nos vamos a Calp y si no estamos seguros, para no arriesgar, también. El Cabo de las Huertas es más pequeño.

Al final, apunta, el objetivo es que la persona que hace el "bautizo" tenga una buena experiencia.