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Caso abierto

El cuerpo de Abdou Ngom, icono de la crisis migratoria, sigue en la morgue de Málaga un mes después de su muerte

Artesano azulejero en Senegal, Abdou Ngom, que se hizo viral por el abrazo a una voluntaria de Curz Roja, se ahogó con el sueño europeo

La Cruz Roja, que asume los 4.000 euros que cuesta la repatriación a Senegal, revela que hay problemas para identificar el cadáver

Abdou Ngome, mientras trabajaba en una obra de reformas de particulares en Málaga, este año.

Abdou Ngome, mientras trabajaba en una obra de reformas de particulares en Málaga, este año. / Cedida

Elisenda Colell

Cada día llama, incansable, por teléfono. "¿Cuando lo sacan de España? ¿Cuando lo podremos enterrar?". La abuela de Abdou Ngom, el inmigrante senegalés cuyo abrazo a una voluntaria de la Cruz Roja dio la vuelta al mundo, y que falleció el pasado tres de junio, lleva casi 40 días esperando poder enterrar a su nieto al que crió como un hijo. "Estamos desesperados, ya no sabemos lo que tenemos que hacer", explica su primo Birane, que también espera los resultados de la autopsia. Aunque la Cruz Roja se hace cargo de la repatriación del cuerpo a Senegal, la entidad revela a EL PERIÓDICO que ha habido problemas en la identificación del cadáver. Las autoridades estudian que se coteje el ADN de Abdou con el de su hija de un año que residen en Casablanca (Marruecos).

La familia aún no conoce los resultados de la autopsia y por tanto ignora los motivos de la muerte de Abdou

El cuerpo de Abdou Ngom sigue en la morgue de los juzgados de Málaga desde el pasado tres de junio, esperando para ser enterrado en su ciudad, Malika (Senegal). "Nosotros somos musulmanes y no podemos esperar tanto tiempo para enterrar a Abdou, esto se está haciendo insoportable. Ya fue difícil su muerte... no entendemos por qué tardan tanto en entregárnoslo", lamenta Birane, el primo de Abdou. Hace dos semanas se plantó en los juzgados de Málaga para pedir explicaciones. Y es que la familia tampoco conoce los resultados de la autopsia, así que ignoran aún los motivos que causaron la muerte del hombre, que investiga el juzgado número 13 de la ciudad. "Me dijeron que aún faltaban tres semanas", explica Birane. "Nos dicen que aún están esperando los resultados de la muestra de sangre del laboratorio de Madrid", añade Kebe Seidy, otro familiar.

Problemas en la identificación

Según explica la Cruz Roja, entidad que asumirá los 4.000 euros de la repatriación del cadaver, ha habido problemas en su correcta identificación. Abdou no tenía el pasaporte de Senegal consigo por lo que tras su muerte el consulado ha tenido que expedir otro, un trámite que se ha alargado, según relatan su familia y amigos. Además, está resultando difícil utilizar las huellas de Adou para confirmar su identidad con las bases de datos policiales. "Mientras la policía no pueda confirmar su identidad, no podremos repatriar el cuerpo", lamenta Samuel Linares, coordinador de la Cruz Roja en Málaga, que reclama que los trámites se agilizen para evitar más dolor innecesario a la familia.

La Policía estudia cotejar una muestra de ADN de la hija de Abdou, que vive en Casablanca, para identificar al fallecido

En este sentido, según explica Linares, la solución que esta semana ha empezado a plantearse la Policía es cotejar una muestra de ADN de la hija de Adou, una niña de un año que vive en Casablanca con su madre, con las de su cadáver. "Ellos plantean que la familia se acerque a Ceuta y allí se tomen las muestras de la menor. Nosotros planteamos que las lleven hasta Málaga, así también podremos ofrecerles nuestro apoyo", contínua Linares. Y es que, además de la repatriación, la oenegé se ha hecho cargo del apoyo psicológico y social del entorno de Adou, especialmente de sus compañeros en Málaga. "Lo hacemos por una cuestión de humanidad. La foto con Luna dio la vuelta al mundo y ahora somos nosotros quienes tenemos que ayudar en lo que podamos", sigue Linares.

El coordinador de la Cruz Roja insiste en la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran la viuda y la hija de Abdou. "Ellas vivían del dinero que les enviaba Abdou. Su mujer trabaja cuando puede en Marruecos, no es fácil para ella, no siempre tiene trabajo. Ahora tiene muchos problemas", confirma un amigo de Abdou y compañero de piso, Mbaye Diane. "Estamos tratando de ayudarlas, aunque ellas están en Casablanca, en Marruecos", confirma Linares.

Mientras, la familia sigue angustiada. "Su abuela me llama cada día preguntándome si podrá venir. Cada día", insiste Seidy. La mujer, a punto de cumplir los 80 años, cuidó a Ngom como si fuera su hijo cuando él y su hermano quedaron huérfanos de padre y madre. El hermano menor de Abdou murió durante la travesía para llegar a España. Abdou lo ha hecho meses después de cruzar la frontera por segunda vez. "Déjenla que al menos le pueda enterrar dignamente y deje de sufrir", pide Seidy. De momento, lo único que tienen en Malika de Abdou son los azulejos que hizo. "Era todo un maestro", recuerda su entorno.

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Vía: El Periódico