Lucho recupera crédito

La vuelta de tuerca que dio al equipo frente a Eslovaquia fue clave para que España mejorara notablemente

Rubiales insistió en que el asturiano “va a estar el tiempo que quiera, es el gran líder de la selección”

Luis Enrique se quitó un peso de encima con la victoria ante Eslovaquia

Luis Enrique se quitó un peso de encima con la victoria ante Eslovaquia / EFE

Jordi Gil

Jordi Gil

El discurso en la Federación Española de Fútbol no ha tenido fisuras ni de puertas para dentro ni para fuera. “Máxima confianza en Luis Enrique”, repetían los responsables federativos sin tan siquiera ponerse en la piel del batacazo que habría significado la eliminación en la fase de grupos de la Eurocopa. La goleada y la imagen ofrecida ante Eslovaquia ha dado aún mayor solidez al proyecto federativo con Lucho al frente. La presión mediática ha bajado mucho y la ley del resultado no sería tan severa en caso de no superar a la subcampeona del mundo, Croacia, en los octavos de final.

Luis Enrique ha ganado crédito, sobre todo de cara a los más críticos. Los mismos que no soportaron que no se llevara a Sergio Ramos o a ningún jugador del Madrid o que ahora se empeñan en reivindicar a Marcos Llorente a cualquier precio. Lucho es fiel a sus ideas, pero con un punto de flexibilidad para corregir una situación que se había puesto en riesgo.

“Había que agitar”, admitió el asturiano tras el partido. No podría tener queja por la actitud de los futbolistas de los dos primeros partidos, pero faltaba un plus que se adquirió con los cuatro cambios: Azpilicueta, Eric Garcia, Busquets y Sarabia.

RETOQUES BÁSICOS

Marcos Llorente, sin tener ninguna culpa, se había convertido en un centro de controversia. El sector más crítico con Luis Enrique censuraba al seleccionador duramente por colocarlo de lateral. Llorente había rendido, pero un especialista nato como Azpilicueta hizo una lectura más propia de quién conoce el oficio. Guardó la zona, fue contundente y midió las subidas.

Algo similar ocurrió con Eric García. Jugar en la derecha con un central diestro hizo que el bloque se sintiera más cómodo y también mejoró el rendimiento de Laporte en la izquierda. Eric ha llegado para quedarse y Pau Torres queda como alternativa en el eje.

En el caso de Busquets, su baja era obligada y su incorporación al equipo fue fundamental. Y más que por su calidad con el balón, por cómo colocó a sus compañeros. La presión alta fue más efectiva, con él estirando al equipo, y el engranaje colectivo funcionó mucho mejor.

La guinda fue la incorporación de Sarabia en ataque, quien se fue entonando con el paso de los minutos y participó en tres de los cinco goles. Gerard Moreno y Morata continuaron como dupla ofensiva y poco a poco van conociéndose mejor sobre el terreno de juego.

CHARLA CON FERRAN TORRES

Todo parece indicar que Luis Enrique repetirá el once frente a Croacia el lunes en Copenhague, con precisamente la única duda de Sarabia. Lucho está también muy satisfecho con Ferran Torres, al que le ve un enorme potencial. Ayer en el entrenamiento estuvo charlando en solitario con él dándole instrucciones y tiene una gran confianza en el jugador del Manchester City.

Ferran podría entrar en ataque por Sarabia o, incluso, por Morata que es el jugador que más ha desentonado en el equipo. Torres puede adaptarse también a la posición de ‘nueve’ o incluso permitir que sea Gerard Moreno quien se sitúe en la punta de lanza.

En cualquier caso, más allá de consignas tácticas concretas, en la Federación están plenamente contentos del trabajo de Luis Enrique. Su presidente, Luis Rubiales, lo fichó para cambiar un ciclo y lo está cumpliendo. Los resultados quizá tarden, pero la sensación de regeneración es innegable.

Rubiales reafirmó tras el partido ante Eslovaquia su confianza en el asturiano: “Luis va a estar con nosotros el tiempo que quiera, es el gran líder de la selección”. Una afirmación rotunda y clara. El destino de esta selección está marcado por las decisiones del ex del Barça.