Historia SPORT

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Un estadio de premio para jugarse el pase a la final de la Nations

El estadio municipal de Braga es una obra única, sin gradas en los fondos y construido sobre una cantera de granito

Souto de Mora, arquitecto que diseñó el estadio, recibió el Pritzker en 2011

El Estadio de Braga se construyó para la Eurocopa 2004

El Estadio de Braga se construyó para la Eurocopa 2004 / Sport

Javier Giraldo - Braga (Enviado Especial)

La selección española se jugará el liderato del grupo 2 de la Nations League, y por tanto su pase a la final a cuatro del torneo, ante Portugal en un estadio, el Municipal de Braga, que reúne tanto interés arquitectónico como puramente deportivo y que desde su inauguración, en diciembre de 2003, es uno de los más originales del mundo.

El campo, obra del reputado arquitecto portugués Eduardo Souto de Mora (Oporto, 1952) se construyó en la ladera de Monte Castro, a las afueras de la ciudad, sobre los restos de una antigua cantera de granito

Con capacidad para 30.200 espectadores –se prevé lleno ante España-, una de las grandes peculiaridades del estadio es que no tiene gradas en los fondos: uno de ellos está abierto a la ciudad; el otro lo ocupa la roca vista de la montaña.

Dos tribunas, pero sin grada en los fondos

Las tribunas, llamadas de ‘Nascente’ y de ‘Poente’, están comunicadas entre sí en el subterráneo del estadio, bajo el terreno de juego (donde también se construyó un aparcamiento) y unidas por cables de acero que distan entre sí 3,75 metros “inspirados en los puentes que construyeron los incas de Perú”, según refleja la web oficial del SC Braga, el equipo que utiliza el estadio en régimen de alquiler hasta 2033.

Fue uno de los siete estadios que Portugal construyó para la Eurocopa de 2004. Su presupuesto, inicialmente previsto en 60 millones de euros, se disparó a los 175.

El estadio no tardó en recibir numerosos premios, como el Secil de Arquitectura en 2004 y el de Ingeniería en 2005. Su autor, Souto de Mora, recibió el Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura, en 2011. En su fallo, el jurado del premio destacó el estadio de Braga como parte fundamental de su obra.

La visión global del estadio invita a contemplarlo como una construcción que se fusiona perfectamente con la naturaleza que le rodea. El solar elegido inicialmente para construir el estadio estaba unos metros más abajo, pero Souto de Mora asumió el reto de construirlo en plena ladera, en la cara norte del monte, ocupando el lugar de la cantera abandonada.

"La cantera ponía de manifiesto ese estado intermedio entre la naturaleza y el artificio construido que nosotros usamos como punto de partida, vaciando la ladera para disponer el estadio como un anfiteatro", explicaba Souto de Mora dos años después de la inauguración del estadio.

El ayuntamiento se planteó venderlo

Los bracarenses, que suelen llamar Da Pedreira al estadio, estuvieron a punto de ser llamados a la urnas antes de la pandemia para decidir el destino del estadio, ya que el ayuntamiento de la ciudad se planteó venderlo para explotarlo comercialmente, circunstancia que hubiera obligado al SC Braga a buscar otro campo o incluso volver al estadio que utilizó entre 1950 y 2044, el 1º de Maio, unas instalaciones que ahora utiliza el filial del SC Braga y que también albergan competiciones de atletismo.

Finalmente, la irrupción de la pandemia, en marzo de 2020, suspendió los planes del ayuntamiento. El estadio sigue siendo escenario de los partidos como local del SC Braga –segundo clasificado de la Liga lusa- y formando parte del patrimonio cultural y arquitectónico del país, como refleja su inclusión en el Instituto Portugués do Património Arquitectónico.