España se nubla en La Cartuja

La falta de contundencia penalizó a una selección que tuvo intensidad y juego

Luis Enrique sigue fiel a su ideario a pesar del ruido y el escepticismo sobre su figura

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Hay que reconocerle a Luis Enrique una determinación feroz con sus ideas. Ante el escepticismo general, predica un mensaje optimista y se mantiene firme en lo que cree, aunque sus decisiones sean impopulares. Quedó claro en el debut de España, en un empate incómodo. Primero con una alineación que invita al debate: Morata sigue titular y no hay quien mueva a Marcos Llorente del lateral derecho. Y después con una propuesta anclada al modelo que tantos éxitos dio a la selección. 

El de tener el balón, el de cuidar la posesión. Un estilo que llama a la paciencia en tiempos donde la palabra intensidad está en boca de todos. Así fue la puesta en escena del debut de España. El de un equipo coral, y al que le falta gol, pero que sabe a lo que juega. La selección le puso ritmo al partido en la primera mitad, pero le faltó contundencia. 

Morata fue un fastidio para Suecia, pero también para España. Su contribución en ataque fue encomiable, pero también desesperó a la afición con su falta de precisión en el remate. El rendimiento de Morata siempre estuvo muy ligado a lo anímico. Y, ahora que se siente en el punto de mira, necesita acertar las ocasiones para poder crecer. No ocurrió ante Suecia, donde fue sustituido y se marchó con cara de pocos amigos. 

También jugó Pedri, que se convirtió en el jugador más joven de la historia de la selección en debutar en una Eurocopa. España dio 419 pases en la primera mitad (algo que no ocurría desde la Eurocopa, 98), pero el canario no terminó de estar cómodo. La selección tuvo el balón y las oportunidades, pero no hubo manera de estrenar el marcador. 

Que España puede tener problemas para marcar goles es algo que se podía intuir viendo la alineación. Ni Olmo (7 goles en el Leipzig) ni Morata (20 con la Juve) ni Ferran Torres (13 en el City) están entre los goleadores top de Europa. Y tampoco se puede esperar un impacto goleador en un centro del campo con Rodri, Pedri y Koke. De ahí que Luis Enrique recurriera a Gerard Moreno (30 goles esta temporada con el Villarreal) para darle mayor pegada al equipo. 

El seleccionador se desgañitaba en la banda y Jordi Alba en el césped. El lateral del Barça fue uno de los jugadores más activos. Sus incursiones en la banda izquierda fueron oxígeno para el equipo y sus centros una amenaza incómoda para Suecia. El bochorno en La Cartuja, y las pérdidas de tiempos constantes de los suecos, complicaron aún más las intentonas de La Roja. 

Pero España se condenó fallando ocasiones impensables. Gerard Moreno y Sarabia rondaron el gol, pero no hubo manera. La ansiedad nubló el punto de mira de los delanteros españoles y Luis Enrique terminó fundido. Desesperado ante lo que tenía que ser una victoria cómoda de España pero que acabó con un empate preocupante.  Un resultado incómodo que animará el debate como siempre ocurre cuando llega un mal resultado. 

El ruido hace días que está presente en el entorno de la selección. Más aún tras la irrupción incómoda del covid. También el escepticismo alrededor de Luis Enrique. El seleccionador lamentó las ocasiones falladas en una competición que castiga la falta de contundencia. 

España tuvo un 85% de posesión (917 pases por los 161 de Suecia) y protagonizó 17 disparos. No fue suficiente en el primer empate sin goles de esta Eurocopa. La afición se quedó sin uñas y La Roja se la jugará el sábado ante una Polonia que cayó ante Eslovaquia (1-2).