España necesita un milagro

Croacia complica las cosas a la selección

La selección española no estará en la 'Final Four' / SPORT.es

Toni Frieros

Toni Frieros

De tenerlo todo de cara, a tenerlo todo en contra. La nueva era de Luis Enrique en la selección española empezó con la fuerza de un cohete. Dos victorias de prestigio, ante Inglaterra en Wembley (1-2) y en Elche frente a Croacia (6-0). Las dos grandes sensaciones del Mundial de Rusia, con permiso de Francia, vapuleadas por una nueva España que, con el sello del nuevo entrenador, ilusionaba, enamoraba... y prometía.

Pero las cosas, como en todo, no son solo como comienzan, principalmente cómo acaban, porque lo único que cuenta es estar a la altura de las circunstancias a la hora de la verdad.

España se hizo el Harakiri en Sevilla ante el combinado inglés, encajando un humillante y contundente 0-3 en la primera parte. Esa cura de humildad obligaba a España a acudir a casa del subcampeón del mundo en Zagreb con la obligación de ganar. O como mal menor, empatar. Y ni una cosa, ni la otra.

Es verdad que el combinado nacional, a pesar de realizar una primera parte nefasta, no mereció perder, que tuvo a Croacia contra las cuerdas, que remató al larguero... y que el ínclito Morata erró un gol de cabeza que nos recordó al histórico fallo de Cardeñosa ante Brasil en el ya lejano Mundial de Argentina.

Sí, todo eso es verdad, pero se trata de saber jugar tus bazas y Croacia lo hizo. Se dejó dominar y apostó todo a una ficha: el contragolpe. Supo hacer su partido, leerlo y sacar las miserias de una España muy bien en la creación, pero muy mal en el repliegue.

Tácticamente se nota que no es una selección trabajada, porque era de ‘sota, caballo y rey’, que Croacia iría a ganarle la espalda a España. De hecho, con 2-1, De Gea salvó a España de un tercer gol que hubiera echado por tierra su buena capacidad de reacción.

Salta a la vista que a esta selección todavía le queda mucho camino por recorrer para estar a la altura de aquella generación de futbolistas que conquistaron un Mundial y dos Eurocopas. Hoy, Luis Enrique, ha llamado a jugadores que representan a catorce clubs diferentes. Ha llamado a lo mejor de cada casa... pero todavía no da para construir un equipo sólido y fiable. 

Quienes denostaban y criticaban la creación de este invento llamado ‘Nations UEFA League’, tendrán que ir metiendo el rabo entre las piernas, porque la competición, al tener rango oficial y permitir ver partidos de mucho nivel entre grandes selecciones, ha cuajado. Es una competición cuyo patrón, engancha.

Que solamete los primeros de cada grupo se clasifiquen para la Final Four, está muy bien logrado, porque obliga a todos los equipos a dar el máximo.

Y eso es lo que no ha hecho España. De nada sirve haber jugado muy bien los dos primeros compromisos si después pierdes los dos siguientes... y encima encajas tres goles en cada uno de ellos.

Un coladero defensivo porque la selección, como tal, no defiende en bloque. Los espacios que deja a los oponentes (lo vimos ante Inglaterra y anoche en Zagreb) son enormes. Y por ahí se ha desangrado en Croacia.

España, que ya ha concluido su periplo en este Grupo 4 de la Liga A, está a expensas de lo que este domingo hagan en Wembley Inglaterra y Croacia. Necesita un pequeño milagro si no quiere experimentar en sus carnes su propio ‘Brexit’. Es imperativo que ingleses y croatas empaten. Solo ese escenario le daría la clasificación para una Final Four de la que todavía se desconoce la sede.

No queda más remedio que ponerse a rezar y esperar. Mientras tanto, Luis Enrique todavía tiene mucho trabajo por hacer.