El Reus, amenazado por la liquidación

El Reus, expulsado de LaLiga

El Reus, expulsado de LaLiga / Perform

Xavi Turu

El Reus supo este mismo lunes que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) resolvió sobre la sanción que impedirá al club catalán jugar los próximos tres años en el fútbol profesional. Desde el pasado mes de enero, cuando el organismo que dirige Javier Tebas impuso el castigo al conjunto de la capital del Baix Camp, la situación de los reusenses se ha ido complicando cada vez más. Con esta disposición, el Reus pasa por un momento más que delicado, ya que una posible disolución del club podría entrar en escena.

Los rojinegros se encuentran en pleno concurso de acreedores y, en el caso más extremo de que no se pueda encontrar una inversión interna o externa, la entidad catalana cruzaría esa delicada línea roja para caer en una total liquidación. Hasta el momento el club rojinegro no tiene ingresos y al mismo tiempo carece de activos. Estos movimientos económicos le servirían para poder reconducir este complicado estado financiero.

Cabe recordar que el campo del Reus es municipal y por lo tanto no cuenta como un activo del club, mientras que otra pieza fundamental de los equipos de fútbol del que se podría sacar dinero son los jugadores y el Reus ya no tiene ningún futbolista como activo del que pudiera sacar una buena compensación monetaria.

Poco margen de maniobra

Los administradores concursales tienen entre manos una complicada tarea. El club carece de dinero y que exista una inversión ajena parece casi una misión imposible. David López está al cargo de un Reus muy necesitado, que a finales de este mes tendrá que planificar todo un informe para escenificar la viabilidad de la entidad y ver todas aquellas opciones existentes. Después de este plazo aparecerían dos caminos, el primero sería continuar con el concurso o, en el peor de los casos y con cero posibilidades de salvación, un segundo que ejercería una rotunda liquidación.

Después de que los administradores concursales dictaminen finalmente cuál es la deuda real del club (Clifton Onolfo dijo en su día que era de ocho millones), se podrá ver si finalmente se puede empezar a trabajar con una difícil e improbable inversión de Onolfo y sus socios o aparece una alteración financiera ajena de última hora que pueda salvar los muebles al Reus.