Girona - Zaragoza: Un empate cantado y con sabor a gloria

La euforia se desbordó en Montilivi tras el pitido final

La euforia se desbordó en Montilivi tras el pitido final / @GironaFC

Ricard López

Ricard López

Un punto... y todos contentos. Girona y Zaragoza hicieron buenos los pronósticos y, como buenos hermanos,  se repartieron el botín que tanto anhelaban. No hubo goles, ni apenas fútbol, ni falta que les hacía. El 0-0 final permitió a los catalanes asegurarse, por fin, el primer ascenso a Primera de su historia... y a los aragoneses, sellar la permanencia de forma matemática. 

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LaLiga 1|2|3

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Alineaciones
Girona
Bounou; Ramalho, Alcalá, Juanpe, Aday, Granell, Eloi Amagat, Portu (Felipe, 83¿), Borja Garcia (Richy, 86¿), Mojica (Cifuentes, 79¿) y Sandaza.
Zaragoza
Ratón; Isaac, Cabrera, Silva, José Enrique (Jesús Valentín, 71¿), Zapater, Lanzarote (Edu García, 81¿), Javi Ros, Edu Bedia, Cani (Xumetra, 63¿) y Ángel.

La predicción del técnico local, Pablo Machín en la víspera -“el sentido común dice que, si a dos partes les conviene algo, al final se produce”- finalmente se cumplió. Y la parsimonia y falta de agresividad en el campo -si fuera balonmano, el árbitro hubiera tenido que pitar pasividad- contrastó con la alegría de una hinchada que empezó recibiendo a sus jugadores bajo la lluvia a las puertas del estadio y se acabó abrazando con ellos en una emotiva invasión de campo y fiesta de celebración final, con fuegos artificiales incluidos.

Que el partido fuera tedioso fue lo de menos. El ascenso a la máxima categoría, que tardó 87 años en llegar, se logró sin sufrir. Tanto es así que la ocasión más clara de la primera mitad fue por culpa de una mala cesión hacia atrás del zaragocista Marcelo Silva que su portero, Ratón, se sacó de encima como pudo. Pocó después, el propio Silva replicó enviando un remate a las nubes.

El primer córner local se hizo esperar hasta 20 minutos del final. Y parte de la grada lo celebró con ironía. Aunque luego se llevó un buen susto por una indecisión entre Alcalá y el meta Bounou.

Ascenso aparte, el momento más emotivo llegó a cuatro minutos del final, cuando Machín dio entrada a Richy. El capitán, recuperado de una grave lesión, tuvo sus primeros minutos de la temporada para disfrutar de un ascenso que, como a varios de sus compañeros, tantas veces se le escapó, y que ahora, por fin ya tiene en sus manos.