...Y Girona explotó de alegría por el ascenso

Ricard López

Ricard López

Casi no hubo ni tiempo a que el árbitro, Arcediano Monescillo, señalara el pitido final. Fue sonar su silbato, y buena parte de los más de 9.000 espectadores que llenaron el estadio de Montilivi invadieron el campo para fundirse en un abrazo con los suyos. La ocasión lo merecía. Tras empatar 0-0 en casa con el Zaragoza, el Girona ascendía a Primera división por vez primera en sus 87 años de historia.

El fin de fiesta en Montilivi fue vibrante y espectacular. Una vez se pidió por megafonía a la hinchada que abandonara el césped, comenzaron las celebraciones y el turno de parlamentos de los futbolistas y técnicos desde el círculo central. La traca final, y nunca mejor dicho, habida cuenta del festival pirotécnico y de fuegos artificiales con los que el Girona celebró su gesta.

Las palabras de los protagonistas del ascenso fueron sentidas y muy emotivas. No había para menos, pues muchos de ellos sufrieron en sus carnes las fallidas promociones de ascenso de 2013, 2015 y 2016. Uno de ellos es su entrenador, Pablo Machín, que recordó lo mucho que les ha costado llegar hasta aquí: "Me gusta decir que soy un hombre de palabra. Hace tres años celebramos mantenernos en Segunda. Queríamos algo más grande, y aquí lo tenemos. ¡Ya sois de primera!", exclamó el técnico blanquirrojo.

En este sentido, una de las voces más autorizadas era la de Felipe Sanchón. El único integrante de la plantilla que ha jugado con el Girona en Tercera, Segunda B y Segunda A echaba la vista atrás: “Hemos sufrido muchos años. Y por fin lo podemos celebrar, disfrutar, y sacarnos la espina”. El veterano centrocampista, al igual que Pere PonsGranell o los capitanes Eloi Amagat Richy, entre otros, conocen por experiencia propia la cara más amarga y, ahora, la más dulce del fútbol.

"¡Adiós, adiós, adiós, hemos venido a despedirnos de la Segunda división!", coreaba la afición blanquirroja un par de horas antes del encuentro, cuando el autocar de los jugadores llegaba a Montilivi. Su cántico pronto se hizo realidad. Al final de la noche, el 'hit' ya era otro. El "¡A primera, oé!" retronó por toda la ciudad, entre petardos y claxons de los coches. Y este lunes, llegará el turno de más festejos como la rúa...