Ortorexia: de hábito saludable a trastorno peligroso

La necesidad de controlar la composición de cada alimento, de cada porción o las formas de combinarlos se convierte en una obsesión. Un trastorno obsesivo-compulsivo tan peligroso como la bulimia o la anorexia, que deja a los enfermos sin nutrientes esenciales

Ortorexia

Ortorexia / Containers and plastic bags with frozen vegetables in refrigerator

Rebeca Gil

Con la llegada de la primavera, florece con fuerza como cada año la ‘operación bikini’. Y, con ella, las dietas vuelven a trastocar las rutinas alimentarias de muchas personas: contar calorías, reducir las raciones y restringir el consumo de determinados alimentos y nutrientes se convierte en el ritual del día a día.

Es una realidad que la clave principal y fundamental para tener una buena salud es llevar una alimentación sana, equilibrada y variada. Sin embargo, esta evidencia puede ser llevada a un extremo en el que acaba volviéndose en contra de aquellos que más preocupados están por su alimentación y convertirse en una obsesión que, lejos de beneficiar su salud, la perjudique. No solo la física, sino también la mental.

La necesidad de llevar una dieta saludable y libre de cualquier tipo de nutriente considerado dañino para el organismo puede convertirse en un trastorno obsesivo-compulsivo que recibe el nombre de ortorexia.

Peligroso como la bulimia

Una persona que padece este trastorno se caracteriza por realizar una dieta muy restrictiva, evitando a toda costa alimentos que lleven no solo grasas o azúcares, sino también conservantes, colorantes u otros componentes que sean insanos.

La ortorexia es un trastorno que tiene mucho en común con otros como la bulimia o la anorexia. Y también es igual de peligroso, ya que esta obsesión por lo sano puede derivar en lo contrario: graves problemas de salud por carencias de nutrientes esenciales, al prescindir de grasas saludables, por ejemplo, que aportan vitaminas esenciales como la vitamina D y cuyo déficit debilita el sistema inmunológico. “Este trastorno suele derivar en pérdidas de peso muy rápidas y pronunciadas, falta de energía y fatiga (incluso por lo que determina el tiempo de planificar y organizar su dieta) y mayor facilidad para sufrir lesiones, unido a excesivo deporte sin estar bien nutridos”, afirma la nutricionista Verónica Velasco, de Sanitas.

Incluso, en casos muy extremos y prolongados en el tiempo, la ortorexia ha derivado en problemas de salud que han requerido de intervenciones de urgencia. “Existen casos en los que el sujeto se acaba desmayando y se han de realizar tratamientos de hidratación controlada para regular los niveles de iones o implantar sondas nasogástricas de alimentación o gastrostomías endoscópicas percutáneas”, explica la doctora Cecilia Sanz García, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Sanitas la Moraleja.

Síntomas de la ortorexia

Esta alimentación restrictiva tendrá su reflejo en otros comportamientos que buscarán mejorar la salud de forma obsesiva. Los más significativos son:

• Plan estricto. Las personas con ortorexia dedican más de tres horas al día a pensar en la dieta. 

• Ritual de control. Organizan las comidas de forma rígida y tienen la necesidad de controlar la composición del plato, la porción y la combinación entre los ingredientes.

• Sentimiento de culpa. Este tipo de pacientes experimentan una gran culpabilidad si se saltan alguna de sus exigencias dietéticas.