Haber pasado la Covid-19 de forma leve podría concederte inmunidad a largo plazo

Un estudio estadounidense ha encontrado células productoras de anticuerpos en la médula ósea

También los vacunados contra el coronavirus podrían tener esta condición

Haber pasado la Covid-19 de forma leve podría concederte inmunidad a largo plazo

Haber pasado la Covid-19 de forma leve podría concederte inmunidad a largo plazo / Google

D. Cruz (@DCruzPeriodista)

Ahora que las vacunas contra la Covid-19 están en circulación, la pregunta que intenta responder la ciencia es: ¿cuánto dura la inmunidad contra el coronavirus? ¿Será necesaria una dosis de refuerzo de forma anual? Pocos son los estudios que han arrojado resultados relativos a esto, aunque desde Pfizer ya confirman que a los 9 o 12 meses habrá que poner una tercera dosis de su fármaco, pero varios científicos estadounidenses han encontrado indicios de que aquellos que hayan pasado la enfermedad de forma leve pueden desarrollar inmunidad a largo plazo.

Esto se debe a que investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis han encontrado células inmunes en la médula ósea de los voluntarios que lanzan anticuerpos contra la Covid-19 hasta 11 meses después de haberse recuperado: "el pasado otoño, existieron informes que apuntaban a que los anticuerpos disminuyen rápidamente después de la infección con el virus que causa el Covid-19, y los principales medios de comunicación interpretaron que eso significaba que la inmunidad no era duradera, pero esa es una mala interpretación de los datos".

El artículo expone en sus conclusiones que es normal que los niveles de anticuerpos bajen tras una infección aguda, pero no a cero, ya que se estabilizan: "hemos encontrado células productoras de anticuerpos en personas 11 meses después de los primeros síntomas. Estas células vivirán y producirán anticuerpos por el resto de la vida de las personas. Esa es una fuerte evidencia de una inmunidad duradera". Además, lo interesante es que los responsables de la investigación creen que las vacunas también podrían producir este efecto en el organismo, aunque de momento no se ha podido comprobar.