Exhibición del 'veterano' Carlos Alcaraz

Impresionante el partido que regaló Carlos Alcaraz en segunda ronda ganando a Basilashvili por 6-4, 6-2 y 6-4

El tenista murciano, de tan solo 18 años, se impuso a base de un tenis agresivo, sin apenas fisuras y con mentalidad de ganador

Carlos celebró el triunfo a lo grande

Carlos celebró el triunfo a lo grande / Roland Garros

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Su cara de niño e incluso un cuerpo todavía desarrollándose delatan su edad, 18 años cumplidos apenas hace un mes, pero Carlos Alcaraz parece todo un veterano en la pista aunque enfrente tenga a un veterano, ese sí de verdad, como el georgiano Nikoloz Basilashvili, de 29 años y con cinco títulos ATP en su palmarés.

Alcaraz fue muy superior a su rival al que se impuso por 6-4, 6-2 y 6-4 después de un partido donde el tenista murciano demostró que ha llegado para quedarse. Por fin ante un numeroso público en la grada, Alcaraz no se desvió ni un ápice del programa que tenía establecido en su cabeza para afrontar la segunda ronda. Muy serio y asentado en la pista no dio opción a Basilashvili, quien poco a poco se fue hundiendo moralmente al ver que un 'chaval' recién llegado al circuito le estaba vapuleando. Incluso necesitó de atención médica porque hubo un momento en el que no veía bien.

Quizás pensaba que eran alucinaciones lo que estaba ocurriendo al otro lado de la pista, pero no, era una realidad llamada Carlos Alcaraz que jugó el partido con una enorme veteranía salvando bolas de break o consiguiendo romper el servicio de su rival a base de aces, con reveses cruzados, paralelos, dejadas, con drives a la línea... infinidad de recursos para desespero del georgiano, número 31 del ranking ATP.

Con el puño en alto y el 'vamos' celebrando los puntos 'a lo Nadal' y señalando su cabeza en los momentos delicados, fue forjando su triunfo. Fuerza, tenis y cabeza, mucha cabeza es lo que tiene este muchacho, de rostro serio, tanto como el tenis que despliega a través de su raqueta.

Precocidad de una nueva estrella

No quieren que se le compare con Rafa Nadal, pero es inevitable. Ni es zurdo, ni balear, ni juega el mismo tenis... pero su actitud, su agresividad, su reparto de golpes y su mentalidad son muy parecidas. El ídolo ha marcado el camino de un pupilo que llega con la lección bien aprendida. De momento ya está en tercera ronda de Roland Garros y se convierte en el jugador más joven en conseguirlo desde Andrei Medvedev en 1992 y en el más joven en una tercera ronda de un Grand Slam desde Nadal en 2004. Sin duda definitivamente hoy ha nacido una estrella.