TENIS - ROLAND GARROS 2016

Novak Djokovic ya atesora su título más preciado

Novak Djokovic perseguía el título de Roland Garros desde 2011 y cinco años después se ha hecho con el ansiado trofeo, gracias a su victoria por 3-6, 6-1, 6-2 y 6-1 sobre Andy Murray

Novak Djokovic se tendió sobre la tierra batida de París al certificar que el título era suyo

Novak Djokovic se tendió sobre la tierra batida de París al certificar que el título era suyo / AFP

Neus Yerro

Novak Djokovic llevaba tres finales perdidas en Roland Garros. No iba a haber una cuarta. El número uno mundial se ha impuesto a Andy Murray por 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4 en tres horas y tres minutos y ha levantado la tan ansiada Copa de los Mosqueteros.

Hacía 24 años que ningún jugador era capaz de encadenar los títulos en los dos primeros torneos de Grand Slam del año. Jim Courier en 1992 había sido el último en lograr este singular doblete... hasta la llegada de un tenista con un instinto ganador excepcional, un físico portentoso, un talento innato, competidor incansable, trabajador infatigable y una ferocidad en pista que a veces puede resultar irritante.

Hemos tenido que esperar casi dos décadas y media para que un tenista tenga opciones de emular la gesta de Donald Budge (1938) y Rod Laver (1962 y 1969) ganando los cuatro títulos de Grand Slam el mismo año.

Pero así es Djokovic, incapaz de dejar indiferente, un hombre que compensa sus arrebatos e inconveniencias en pista (la última pudo haberle costado la descalificación) con su entrega, cercanía y simpatía fuera de ella.

Y que conmovió al público de la Philippe Chatrier, volcada hoy con él, con sus lágrimas tras perder la final del año pasado ante el suizo Stan Wawrinka, su última derrota en Grand Slam (por 28 victorias consecutivas, igualando su mejor racha).

No fue una final digna de los dos mejores tenistas del momento. Ha empezado demasiado errático Novak, circunstancia que ha aprovechado Murray para anotarse el primer parcial. Pero ese traspié ha sido un espejismo.

Tras dejar a un lado los nervios, el número uno se ha dedicado a repartir juego a base de potencia, velocidad e intensidad mientras Andy iba acumulando fallos, malas decisiones y transmitía sensación de fatiga... esas cinco horas de más que estuvo en pista por culpa de sus dos primeros partidos en París, ambos a cinco sets. Lento de piernas, sin chispa, el escocés aguantaba como buenamente podía. 

Y es que, cuando Djokovic está enchufado, nadie, a día de hoy, es capaz de pararle. Todo lo que intenta le sale a la perfección, cada golpe es una tortura para el rival, que va perdiendo la confianza a cada golpe al darse cuenta de que él no le hace ningún daño... su superioridad es tal que acaba destrozándote a nivel mental. Y eso le ha pasado a Andy en su primera final en París.

Sólo Djokovic podía impedir la victoria de Djokovic. Pese a que sonreía cuando se iba a su silla para, tras el descanso, servir para el título (3-6, 6-1, 6-2 y 5-2), el serbio ha demostrado en ese saque que es humano. Primer break para Murray desde el primer set... y de nuevo a sacar para ganar. Y en esta segunda oportunidad ya no ha querido más sobresaltos. 

El golpe de Andy que se estrelló en la red significó la redención de 'Nole'. ¡Por fin! ¡Roland Garros ya es suyo!

Novak ya vio cómo la gran oportunidad se le escapaba el año pasado. Pero no es hombre que se deje vencer. No entra en su carácter. Y no estaría dónde está, cómodamente asentado en lo más alto del ranking desde el 7 de julio de 2014, si se hubiese dejado vencer por la adversidad... y por dos rivales, Roger Federer y Rafa Nadal, que parecían inalcanzables.

Pero para el serbio no hay imposibles. Trabajó con ahínco para acercar su nivel tenístico y sobre todo mental a sus predecesores. Se rodeó de los mejores para que le ayudaran en su propósito de convertirse en el mejor tenista del mundo... el paso previo para soñar con ser el mejor de la historia. 

Va camino de conseguirlo. Suma ya 12 títulos de Grand Slam... igualando a Roy Emerson en el tercer escalón de históricos tras Roger Federer (3) y Rafa Nadal y Pete Sampras (14).

Pero su dominio no acepta comparaciones. Nadie en la historia ha sido tan autoritario como él. Ni siquiera el mejor Federer. Ni tampoco el mejor Nadal. Novak Djokovic está escribiendo su propia historia y lo hace con letras de oro

Y con un corazón en la pista... como 'Guga' Kuerten, "al que le he pedido permiso para hacerlo". Después, su particular celebración con los recogepelotas, saludando a la grada.

"Quizá éste es el momento más especial de mi carrera", ha señalado el serbio en pista. "Lo más importante para mí hoy era ganar este título. No pienso en nada más", asegura. Y es que hacía 47 años que ningún tenista atesoraba, al tiempo, los cuatro 'grandes'. Y es que con su triunfo en París Novak Djokovic es el vigente campeón de Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open